El costo de la vivienda está cada vez más lejos de las posibilidades del bolsillo del mexicano. El valor nacional de un inmueble adquirido con hipoteca es de 1.5 millones de pesos en promedio, de acuerdo con el índice del segundo trimestre del año Sociedad Hipotecaria Federal (SHF). En 2019, durante el mismo periodo, el costo era de un millón de pesos, es decir, en tres años creció 38%, más de una tercera parte.
3 razones por las que la vivienda se ha encarecido
Este incremento se ha acelerado en el último año por elementos como la inflación, que tuvo una variación de 12% en el sector de la construcción durante septiembre. En consecuencia se construye menos vivienda social y de sectores económicos, ya que no se pueden mantener los costos bajos.
“Es un problema muy grave en todas las regiones del país. Tenemos una necesidad imperante de 3.5 millones de personas con créditos autorizados en el Infonavit, pero no se está produciendo (vivienda económica). La demanda está y la oferta no se ha hecho de acuerdo con las necesidades, esto va jugando varios problemas como la inflación”, dice Luis Alberto Moreno Gómez Monroy, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi).
Este y otros elementos son los que se han combinado para que en el país las personas aspiren a viviendas que valen de 100 a 200 veces su salario mensual.
1. La vivienda pasa de mercancía a derecho humano
Para Lilia Aguilar, diputada por Oaxaca, al declararse el acceso a la vivienda como derecho humano, las empresas dejaron de tener interés en su edificación, “porque antes teníamos producción de vivienda social muy cara, con costos de media. Una casa de 40 metros cuadrados costaba entre 300,000 y 400,000 pesos, pero la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) comenzó a prohibir esos estándares”, considera.
2. Costo de suelo y especulación inmobiliaria
La tierra ha adquirido precios elevados por dos elementos. El primero, en ciudades saturadas como la Ciudad de México por la demanda y, el segundo, por la especulación, sobre todo en zonas alrededor de las urbanizadas.
“Principalmente en la península de Yucatán y al norte del país, muchas constructoras dejaron de edificar y comenzaron a comprar terrenos para esperar que los precios suban”, explica la presidenta de la Comisión de Vivienda.
En Mérida, por ejemplo, se están adquiriendo lotes fuera de la mancha urbana con la expectativa de que en algún momento sean alcanzados por los servicios y la conectividad.
3. Término de subsidios.
Antes, la Sedatu y la Conavi daban un apoyo para que las personas pudieran complementar su enganche y crédito si querían acceder a una vivienda de bajo costo.
“En 2018 teníamos subsidios que apoyaban el fortalecimiento de la compra de una casa, pero en 2019 se acabó y aunado a eso, las compras de consolidación de tierra hizo que la que caía en esos polígonos aumentara en demasía”, lo que causó que su construcción fuera alta y los costos continuaran inaccesibles para la población, explicó Luis Alberto Moreno Gómez Monroy.
4. Inflación del precio de los materiales
La construcción ha tenido una inflación superior al resto de las industrias. En septiembre de este año se reportó de alrededor de 12%, mientras que a nivel nacional fue de 8.7%. Esto se deriva del aumento de los materiales de la construcción y la renta de maquinaria, principalmente.
De 2021 a 2022 el costo de productos como el alambrón y el acero crecieron de 30% a 40%. La mano de obra también tuvo un incremento de 6%.