En los últimos años, el mercado inmobiliario vacacional en México ha experimentado un crecimiento significativo, con las viviendas en la playa posicionadas como las más demandadas y caras.
Casa en la playa para vacacionar: guía para elegir el modo de compra
De acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), los destinos en donde más ha aumentado el valor de la vivienda adquirida con crédito son: La Paz, Los Cabos, Solidaridad y Playa del Carmen.
No obstante, para acceder a un espacio de descanso a lado del mar hay alternativas. Entre las opciones más populares se encuentran los tiempos compartidos, las viviendas fraccionadas y la tradicional compra de propiedades completas. Cada opción presenta características únicas que se adaptan a diferentes necesidades y presupuestos.
¿Qué es el tiempo compartido?
En esencia, el tiempo compartido es el derecho a usar semanas o intervalos —previamente acordados— de un desarrollo turístico durante un periodo específico, de acuerdo al Artículo 64 de la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Es decir, se trata de la compra anticipada de vacaciones por un determinado número de años. Es crucial entender que la propiedad vacacional es una comodidad adquirida para ser disfrutada y utilizada a lo largo del tiempo, no como una inversión para obtener beneficios económicos, de acuerdo a la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur), ya que lo que se adquiere es el tiempo de vacaciones en una propiedad y no una propiedad en sí que se pueda transferir.
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Existen varias formas legales de adquirir un intervalo de tiempo compartido, de acuerdo al organismo:
Semana y unidad fija: El comprador recibe un contrato que permite el uso de un condominio específico, en una semana determinada, cada año. Este esquema es similar a comprar una casa y puede incluir beneficios fiscales de propiedad y el derecho a participar en la administración del desarrollo.
Derecho a uso: En este caso, la propiedad del desarrollo la mantiene el desarrollador turístico.
El comprador obtiene el derecho de uso en uno o más desarrollos durante un número específico de años, generalmente entre cinco y 20. Al término del plazo, los derechos regresan al desarrollador.
Clubes vacacionales o programas de puntos: Ofrecen flexibilidad de uso en distintas fechas cada año. Los miembros compran puntos que funcionan como moneda para acceder a diferentes tamaños de suite, temporadas o número de días en los desarrollos afiliados.
El tiempo compartido ofrece varias ventajas, como la posibilidad de disfrutar de vacaciones en destinos de alta demanda a un costo más accesible que la compra de una propiedad completa.
Además, los programas de puntos y clubes vacacionales brindan flexibilidad para variar los destinos y fechas de viaje.
Sin embargo, es importante considerar algunos aspectos antes de adquirir un tiempo compartido:
- Costos adicionales: Además del precio de compra, suelen existir cuotas de mantenimiento anuales.
- Duración del contrato: Algunos contratos pueden extenderse hasta por 99 años, lo que implica un compromiso a largo plazo.
- Limitaciones de uso: Dependiendo del tipo de contrato, pueden existir restricciones en cuanto a las fechas o destinos disponibles.
- Dificultad de reventa: El mercado de reventa de tiempos compartidos puede ser complicado y poco rentable.
La alternativa de la propiedad fraccionada
La propiedad fraccionada se presenta como una opción intermedia entre el tiempo compartido y la compra de una vivienda completa, de acuerdo a la plataforma Dalima. Parte de la idea de que un inmueble puede ser pagado entre varias personas, se conozcan o no.
Suelen ser administradoras de propiedades las que venden las fracciones a través de tarifas que consideran ciertos periodos de tiempo. A diferencia del tiempo compartido, este es un único pago –más alto– y se hace entre un grupo limitado de personas para una propiedad fija.
El modelo resulta conveniente si no se considera adquirir la propiedad para rentarla bajo otra modalidad mientras se está desocupada o vivir ahí en algún momento de tiempo completo.
Entre las ventajas de la vivienda fraccionada se encuentran la revalorización de la propiedad, el acceso a ella a un precio menor, no desaprovechar el inmueble mientras no se visita, un derecho de uso más extenso y costos de mantenimiento compartidos.
Sin embargo, también presenta desafíos como posibles problemas de reventa, cuotas anuales y la necesidad de tomar decisiones de forma compartida con otros propietarios.
Compra de vivienda completa: control total y flexibilidad
La compra de una vivienda completa sigue siendo una alternativa atractiva para quienes buscan mayor control y flexibilidad en su inversión vacacional, explica Rocket Morgtage.
Esta opción ofrece control total sobre la propiedad, potencial de revalorización y la posibilidad de alquilar cuando no se utiliza. No obstante, implica una mayor inversión inicial, responsabilidad total de mantenimiento y gastos, y menor flexibilidad para cambiar de destino.
Factores clave en la decisión de compra
Al decidir entre estas opciones, es fundamental evaluar varios factores. El presupuesto disponible es un elemento crucial, ya que determinará qué tipo de inversión es viable para el comprador.
La frecuencia de uso prevista también es importante, pues influirá en la rentabilidad de la inversión. Algunos compradores prefieren un destino específico, mientras que otros valoran la variedad de lugares, lo cual puede inclinar la balanza hacia una u otra opción.