Comprar: el camino hacia el patrimonio
Comprar una vivienda en la Ciudad de México representa una inversión a largo plazo que ofrece beneficios como la generación de patrimonio, la estabilidad financiera y la posibilidad de utilizar el inmueble como garantía para créditos adicionales.
Sin embargo, este proceso implica retos significativos, como reunir el enganche —equivalente a entre 10% y 20% del valor de la propiedad— y cubrir los gastos notariales, que pueden representar entre el 7% y el 9% del precio del inmueble.
Soto-Hay explica que una de las claves para lograrlo es la disciplina de ahorro. “Los jóvenes deben acostumbrarse a ahorrar al menos el 30% de su ingreso bruto mensual para alcanzar el capital necesario. Este esfuerzo puede llevar varios años, pero les permitirá cubrir el enganche y los gastos notariales, además de garantizar estabilidad económica en el futuro”.
Un beneficio importante de comprar es la posibilidad de construir patrimonio a largo plazo. Justino Moreno destaca que aunque las tasas de interés hipotecarias actuales rondan entre el 9.75% y el 10.5%, lo que incrementa las mensualidades, estas contribuyen directamente a la amortización del capital.
“Al final del plazo hipotecario, el comprador cuenta con un activo cuyo valor probablemente habrá aumentado, generando una base sólida para futuros proyectos financieros”, señala.
Según Tinsa, el mercado actual refleja una amplia disparidad en precios. Mientras que en zonas como Iztapalapa el precio por metro cuadrado es de 17,450 pesos, en Miguel Hidalgo y Cuajimalpa alcanza los 70,000 pesos o más. Estas diferencias obligan a los compradores a evaluar cuidadosamente la ubicación y el potencial de plusvalía antes de tomar una decisión.
Rentar: flexibilidad con propósito
Rentar una vivienda ofrece una alternativa más accesible para quienes buscan flexibilidad o enfrentan incertidumbre laboral o financiera.
A diferencia de comprar, rentar no requiere un enganche ni gastos notariales, lo que permite a los jóvenes destinar sus recursos a otras prioridades, como educación, viajes o inversiones más líquidas.
Fernando Soto-Hay enfatiza que rentar no necesariamente implica una pérdida financiera si se maneja con estrategia. “Alquilar puede ser una solución temporal para quienes no tienen estabilidad laboral o no han reunido el capital necesario para comprar. Además, permite a los jóvenes destinar sus ingresos excedentes a inversiones, fondos indexados o incluso mejorar su calidad de vida”.
Además, las plataformas digitales y las rentas institucionales han simplificado los requisitos, eliminando la necesidad de un aval tradicional y sustituyéndolo por esquemas más accesibles, como el uso de tarjetas de crédito como garantía.
El mercado de rentas en la Ciudad de México también varía según la zona. En alcaldías como Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, los precios promedio superan los 21,000 pesos mensuales, mientras que en Iztapalapa y Venustiano Carranza es posible encontrar opciones por debajo de los 10,000 pesos al mes.