Crecimiento poblacional y cambios familiares
Entre 1995 y 2025, la población aumentó 41 millones de personas, un crecimiento de 44.2%. Durante ese mismo periodo, el número de viviendas creció 88.8%, con más de 17.2 millones de unidades nuevas.
Aun así, el rezago se mantiene por cambios en los hogares: menos matrimonios, más divorcios, menos hijos y mayor expectativa de vida. Estos factores redujeron la densidad por vivienda de 4.77 habitantes en 1995 a 3.64 en 2025, con la proyección de llegar a 2.75 para 2035.
“Lo anterior ha llevado a generar un mayor déficit de viviendas”, dijo Luis Armando Díaz-Infante, secretario nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) e integrante del Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).
Barreras para adquirir vivienda
A la mayor necesidad de vivienda se suma el difícil acceso al inventario existente. Los créditos hipotecarios se complican con tasas que exigen comprobar ingresos tres veces superiores al monto de pago y tasas de interés superiores a 10%, lo que generan pagos mensuales aproximados de 10,000 pesos por cada millón de préstamo, durante más de 20 años.
“Es decir, para una vivienda de dos millones de pesos se pagan 20,000 pesos y se deben demostrar ingresos por 60,000 pesos. Siete salarios mínimos, pero 70% de la población activa no tiene ese ingreso por sí sola”, dice el experto de la CMIC.
Además, el valor de la vivienda en las ciudades crece a mayor velocidad que los salarios, mientras la renta de vivienda podría pasar del 16% al 50% en los próximos 20 años.
Desde 2016, el índice de precios de vivienda de la Sociedad Hipotecaria Federal creció 58.4 puntos, mientras que el ingreso incrementó 4.1, de acuerdo con datos analizados por BBVA.
Esto ha provocado que cuatro de cada 10 personas en el país gasten más de 30% de sus ingresos en vivienda.
Díaz-Infante propuso nuevos modelos que incluyan esquemas de renta con opción a compra, como la figura de renta móvil, que permite a los trabajadores mudarse de acuerdo con su situación laboral o familiar, y acumular puntos para adquirir una vivienda.
También habló del Fibravit, un fideicomiso incluyente en el que inversionistas públicos y privados ceden las propiedades a los inquilinos después de un tiempo mediante el pago de rentas.