El RUV reporta 138,926 viviendas registradas para desarrollarse en 2025, lo que significa un aumento de 13% respecto a 2024 y el mayor volumen de inscripción desde 2021, cuando se registraron más de 212,000 unidades.
No obstante, la necesidad de vivienda no baja. Ante la menor producción y caída de ventas de inmuebles nuevos, las unidades usadas tienen mayor peso en el mercado, de acuerdo con Karim Oviedo, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
La proporción el año pasado fue de 62.8% de las transacciones hipotecarias de este tipo de vivienda contra 37.2% de inmuebles nuevos, precisó el directivo en la presentación del LIV Congreso Internacional Inmobiliario a realizarse en Chihuahua del 21 al 24 de octubre.
Un ciclo de contracción prolongado
La reducción de la producción comenzó en 2016 y se profundizó durante la pandemia. En 2020, el país construyó menos de 100,000 viviendas por primera vez en una década, y desde entonces no ha logrado superar ese umbral.
El descenso ha sido generalizado. En 2025, cada entidad federativa registra caídas de entre 37% y 96% en comparación con 2015.
Entre los casos más drásticos se encuentran Tlaxcala, donde la producción pasó de 6,333 viviendas en 2015 a solo 348 en 2025 (una reducción de 94.5%), Guerrero, con una baja de 96.5%, y Tabasco, con 91.6% menos viviendas construidas.
Incluso estados con fuerte actividad inmobiliaria, como Nuevo León, Jalisco y Querétaro, redujeron su producción en más de 65%.