Si la reforma se aprueba en los términos actuales, el riesgo percibido podría provocar que algunos capitales se retiren o que los bancos limiten el crédito disponible para construcción.
“Cuando tenemos créditos para financiar la construcción y de repente no podemos seguir avanzando, nos ponemos en una situación en donde no tenemos flujo para estar al corriente con el banco”, indicó Fasja. “Hay muchos desarrolladores que no tienen la capacidad económica para litigar, lo que afecta la competitividad del sector”.
Un llamado al diálogo legislativo
La ADI subrayó que el sector inmobiliario es particularmente sensible a los cambios regulatorios y que una aplicación inmediata de normas aún cuestionadas podría generar sobrecostos, retrasos y renegociaciones contractuales, lo que finalmente impactaría al consumidor.
Por ello, pidió que el proceso legislativo preserve el equilibrio entre el interés público y la certeza jurídica de los inversionistas.
El sector inmobiliario requiere de reglas claras y estables para continuar siendo motor del desarrollo económico, la generación de empleo y la creación de vivienda digna en México.
ADI
La asociación reiteró su disposición a participar en mesas de trabajo con los poderes de la Unión y con la sociedad civil para construir soluciones que fortalezcan el Estado de derecho y mantengan la confianza de los inversionistas.
Un sector clave para la economía nacional
De acuerdo con datos de la propia ADI, el sector inmobiliario representa el 65% de la inversión nacional en este rubro, aporta el 16% al PIB y genera alrededor de 355,000 empleos anuales en más de 25 millones de metros cuadrados en construcción.
La Ciudad de México concentra 109 proyectos con una inversión estimada en 3,000 millones de dólares, seguida por el Estado de México y Quintana Roo. En total, la aportación del sector en recaudación fiscal asciende a 321,000 millones de pesos por impuestos federales, estatales y municipales.
Para los desarrolladores, mantener la estabilidad jurídica es indispensable para sostener esos niveles de inversión. “Lo que queremos es protegernos para que no haya una potencial arbitrariedad que pueda afectar el patrimonio de nuestros inversionistas”, dijo Fasja.
La discusión legislativa continúa, mientras la industria insiste en que cualquier reforma al marco legal debe garantizar condiciones de certeza que permitan mantener la inversión, el empleo y la competitividad del sector inmobiliario mexicano.