¿Rentar por 30,000 pesos o pagar hipoteca? Dilema financiero, familiar y laboral
La disyuntiva está porque con el mismo pago mensual puede cubrir una renta en zonas céntricas de la Ciudad de México o pagar una hipoteca de un inmueble más grande en áreas periféricas.
Las rentas en lugares como Polanco van de los 30,000 a 50,000 pesos, de acuerdo con Mica.rent.(Jeff Greenberg/Jeffrey Greenberg/Universal Imag)
Redacción Obras
Cada mes, miles de personas en la Ciudad de México destinan entre 20,000 y 40,000 pesos a pagar la renta de un departamento en colonias céntricas como Roma, Condesa o Polanco.
En redes sociales, los debates se repiten: con ese dinero ¿no sería mejor pagar una hipoteca? La respuesta depende de muchos factores financieros, familiares y laborales, que hacen que la decisión sea más compleja de lo que parece.
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La diferencia no está solo en el precio
Luis Sánchez, director de Operaciones de Creditaria México, explicó que la preferencia entre rentar o comprar está marcada por el momento financiero y personal de cada individuo.
“Las personas que rentan suelen priorizar la ubicación y la movilidad. Quieren estar cerca de sus trabajos, de zonas seguras y de los servicios que utilizan”, señaló.
En cambio, quienes compran buscan estabilidad y patrimonio. “Generalmente ya tienen familia o planean tenerla. Piensan en la plusvalía, en los beneficios fiscales y en consolidarse en una zona”, agregó.
Aunque el perfil económico influye, la diferencia principal está en la etapa de vida y en los objetivos financieros de cada quien.
Con una mensualidad de 30,000 pesos, un crédito bancario puede financiar una vivienda de aproximadamente 3.5 millones de pesos, explicó el directivo. Ese monto permite adquirir departamentos usados en zonas como Del Valle o Portales, con buena conectividad y servicios, pero de menor tamaño o antigüedad.
La decisión de rentar o comprar tiene que ver con los planes a largo plazo y las preferencias de ubicación y flexibilidad.(Manuel Velasquez/Getty Images)
En contraste, el mismo pago mensual como renta abre la posibilidad de vivir en colonias céntricas como Roma, Condesa o Polanco, donde los precios de venta superan con facilidad los cinco o seis millones de pesos.
En esas zonas, la renta de un departamento de dos recámaras ronda entre 30,000 y 55,000 pesos.
“Si puedes pagar una renta de 30 o 40,000 pesos no significa que puedas comprar en el mismo lugar”, explicó Arturo Rosales, director de Finanzas de Mica.Rent. “Una hipoteca en esas colonias implicaría pagos mensuales de 50 a 60,000 pesos, más el enganche y los gastos notariales”.
Para muchos, la decisión también tiene que ver con la flexibilidad. Rosales señaló que en un entorno donde los empleos cambian con frecuencia, la renta ofrece movilidad.
“Hoy es raro que alguien dure más de 10 años en una misma empresa. Si compras cerca del trabajo y luego cambias de empleo, ya no es una ventaja”.
Arturo Rosales, director de Finanzas de Mica.Rent.
Sin embargo, para quienes buscan estabilidad, la hipoteca puede representar un ancla financiera.
Según Creditaria, el perfil de comprador tiende a ser alguien que ya alcanzó cierta estabilidad laboral o familiar y puede asumir un compromiso a largo plazo. Además, el pago de una propiedad puede convertirse en un ahorro forzoso que, con el tiempo, se transforma en patrimonio.
Luis Sánchez enfatizó que “cuando una persona paga 25,000 pesos de renta ya tiene capacidad para afrontar una mensualidad similar por una vivienda propia”, siempre que cumpla con los requisitos de crédito y cuente con un análisis financiero adecuado.
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El papel de las familias
Las etapas familiares influyen directamente en la elección. Los hogares con hijos suelen preferir la compra por la seguridad de un espacio propio y la posibilidad de adecuarlo a sus necesidades. En cambio, los jóvenes solteros o las parejas sin hijos valoran más la libertad de moverse.
En los últimos cinco años, la edad promedio de quienes adquirieron vivienda con crédito en México bajó de 42 a 37 años, de acuerdo con Creditaria, lo que indica que más personas jóvenes están tomando decisiones patrimoniales de largo plazo.
Rentas de alrededor de 20,000 pesos cuestan departamentos en colonias como Del Valle, mientras que en Polanco y Condesa los precios rondan los 30,000 pesos.(Paola Garcia/REUTERS)
Un mercado que impone límites
Para Leonardo Tejeda, analista del sector inmobiliario, la decisión entre comprar y rentar ocurre dentro de un contexto de precios altos y salarios que crecen más lento. “La brecha entre el valor de las viviendas y el poder adquisitivo sigue ampliándose”, explicó.
En México, el crédito hipotecario representa solo 11% del PIB, frente a más de 70% en países como Canadá o Suiza.
Esa diferencia limita el acceso a la propiedad, especialmente en ciudades como la Ciudad de México o Monterrey, donde el indicador price-to-income (la relación entre el precio de la vivienda y los ingresos) es de los más altos.
Ante ese panorama, muchas personas optan por rentar mientras consolidan su economía o buscan una zona más asequible para comprar en el futuro.
Tanto el arrendamiento como la hipoteca implican riesgos. En el caso de la compra, si hubiera riesgo de inestabilidad en el trabajo y se planteara vender la propiedad por incapacidad de pago de la hipoteca, los tiempos para comercializar propiedad pueden extenderse entre tres y seis meses, lo que impide resolver de inmediato una dificultad financiera o laboral.
“Decir: ‘vendo si ya no puedo pagar’ es poco realista”, dijo Tejeda. “Los inmuebles no se liquidan con rapidez”.
Por otro lado, rentar puede implicar vulnerabilidad frente a aumentos de precio, disponibilidad de vivienda o cambios en las condiciones del contrato. Además, el dinero destinado al alquiler no genera patrimonio, un punto que para muchas familias resulta decisivo.
Comprar es una inversión, rentar es un gasto operativo para lograr tus metas personales. Son cosas distintas".
Arturo Rosales, director de Finanzas en Mica.rent.
Ambas opciones responden a contextos financieros y personales diferentes. Rentar permite flexibilidad y acceso inmediato a zonas céntricas; comprar brinda estabilidad y la posibilidad de construir patrimonio.
En un mercado con precios altos y movilidad laboral creciente, cada decisión refleja una forma de administrar la vida, no solo el dinero.