El mercado inmobiliario expande su oferta a la comunidad china... y en mandarín
En la actualidad, hay presencia china en los 32 estados del país. En las escuelas, desde primarias hasta universidades, ya hay niños nacidos en México con ascendencia china y doble nacionalidad.
China es uno de los principales socios comerciales en México, lo que se refleja también en la migración. (Foto: Yuri Cortez/AFP)
Diana Zavala
Una de las nuevas torres de vivienda que se convierte en un emblema de Paseo de la Reforma busca extender su alcance comercial a clientes que no hablan español. Be Grand va más allá del inglés y ofrece inmuebles de su edificio en uno de los corredores corporativos más importantes de la Ciudad de México en mandarín.
El volanteo busca alcanzar a potenciales arrendadores o compradores desde Reforma hacia el Centro Histórico, donde un gran número de locales y bodegas son atendidos por comerciantes chinos que ya hacen vida en la CDMX.
Publicidad
El centro de la CDMX es uno de los lugares en los que se puede ver el comercio asiático con mayor claridad.(Foto: Tzuara de Luna)
De acuerdo con el Centro Nacional de Monitoreo de Movilidad y Migración Internacional, en 2024 se otorgaron 40,980 residencias temporales y 29,470 permanentes a personas de nacionalidad china en México. Lo que representa un crecimiento de 193.2 y 158.7%, respectivamente.
Locales, bodegas y vivienda en la mira
Para el presidente nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Karim Oviedo, se trata de un fenómeno natural en la ciudad. “Lo vemos como un síntoma más de lo cosmopolita que es nuestra sociedad. No significa que esté dominando el mercado”, dijo.
Aunque su presencia comienza a ser notoria en la vivienda, la comunidad china y, en general, la asiática muestra una preferencia clara: locales comerciales amplios, con superficies de entre 1,000 y 2,000 metros cuadrados, principalmente en el centro de la Ciudad de México.
“Nos están pidiendo espacios para establecer tiendas tipo supermercado con productos que vienen de China, Singapur, Taiwán o Malasia”, explicó el dirigente.
Los locales grandes y almacenes son los espacios más demandados por la comunidad china en México.(Quetzalli Nicte-Ha/REUTERS)
Al mismo tiempo, su inversión en propiedades industriales es menor debido a las regulaciones del gobierno chino que limitan la adquisición de bienes en el extranjero.
En cambio, la renta y el acondicionamiento de espacios comerciales o bodegas se expande, impulsada pirncipalmente por el flujo de mercancías que llega de Asia.
Las colonias Doctores, Obrera y los alrededores de Fray Servando y Pino Suárez concentran parte de esa actividad, señaló el especialista.
Un fenómeno visible en el mercado
El interés asiático no se restringe al comercio. La demanda de vivienda en renta cerca de zonas de abasto o de distribución también ha aumentado, aunque todavía no hay cifras concretas que segmenten a este mercado.
Lo que ya se realiza, es que las inmobiliarias han comenzado a traducir materiales de promoción, ofrecer asesorías en otros idiomas y adaptar servicios a nuevas dinámicas culturales.
En opinión de Oviedo, esta tendencia no implica un dominio del mercado, sino un ajuste a una ciudad global que incorpora nuevos perfiles de consumidores. “Es natural que las ciudades globalizadas muestren estos rasgos”, señaló.
El fenómeno recuerda lo que ocurrió en Aguascalientes con la comunidad japonesa, donde la presencia industrial detonó barrios enteros de servicios, vivienda y comercio orientados a trabajadores de ese país.
Publicidad
De la compraventa al arraigo
La académica Norma Soto, de la Facultad de Negocios de la Universidad La Salle, explicó que este movimiento inmobiliario está vinculado a la relación económica entre México y China, una de las más importantes para el país. “China se volvió nuestro segundo socio comercial, después de Estados Unidos”, dijo.
Aunque no existe un tratado de libre comercio entre ambas naciones, los intercambios se realizan bajo el marco de la Organización Mundial del Comercio. La relación se ha mantenido estable, aunque las tensiones internacionales recientes han modificado el entorno.
México anunció aranceles de entre 35% y 50% a productos chinos como textiles, autopartes, muebles y juguetes, para “proteger la economía nacional”. Soto consideró que la medida replica políticas de EU y podría generar efectos contraproducentes. “México está siguiendo la misma estrategia que Donald Trump, cuando ese no es el camino”, afirmó.
Aun así, el vínculo se sostiene. China mantiene inversiones en la Ciudad de México, Coahuila, Guanajuato, Yucatán y Jalisco, en sectores como la manufactura, la industria automotriz y los servicios. En todos los casos, la presencia empresarial se acompaña de movilidad laboral y de vivienda.
Un flujo migratorio que cambia el paisaje urbano
Soto recuerda que la relación entre ambos países no es reciente: “La primera migración china a México se dio en tiempos de Porfirio Díaz”, señaló.
Pero fue a partir de la pandemia cuando el flujo se incrementó de forma visible, con permisos laborales y comerciales que impulsaron la apertura de negocios en distintas ciudades.
“Los chinos ven a México como una excelente oportunidad económica y social. Ya convivimos con una comunidad establecida que se ha insertado sin dificultad”, explicó.
En la actualidad, hay presencia china en los 32 estados del país. En las escuelas, desde primarias hasta universidades, ya hay niños nacidos en México con ascendencia china y doble nacionalidad.
El fenómeno, añade, tiene un componente urbano claro: “Ellos se insertan en la producción de diferentes mercancías, llegando a los bolsillos de cada persona”. Por eso, el mercado inmobiliario mexicano se ha vuelto parte de esa red de integración cultural y comercial.
La relación comercial entre China y México se mantiene fuerte a pesar de los aranceles. (Quetzalli Nicte-Ha/REUTERS)
Comercio asimétrico, presencia creciente
Aunque México depende en buena medida de las importaciones chinas, la académica advirtió que la balanza comercial es desigual. “Solo representamos el 1.48% del comercio total de China. Ellos nos venden mucho más de lo que nosotros exportamos”, detalló Norma Soto.
Sin embargo, el país sigue siendo atractivo para las empresas chinas por su tamaño de mercado, su ubicación estratégica y su clima favorable para las operaciones industriales y de servicios.
México tiene una población grande y diversa. Eso permite que ellos inserten productos para distintos niveles económicos.
Norma Soto, universidad La Salle.
Ejemplos recientes, como la llegada de BYD, fabricante de autos eléctricos, muestran que la estrategia china combina producción, venta y residencia. Estas inversiones no solo impactan el comercio, sino también el desarrollo de parques industriales, centros logísticos y vivienda para empleados.
Entre dos potencias y un mercado abierto
México se encuentra en una posición delicada: mantener la relación con su principal socio comercial, Estados Unidos, sin deteriorar la que tiene con China. “Tendríamos que generar una estrategia propia, sin alinearnos completamente a Estados Unidos, para quedar bien con ambas naciones”, opinó Soto.
Para la especialista, el país podría aprovechar los mecanismos de la OMC y proteger su producción interna sin dañar el comercio ni la inversión. “México podría aplicar salvaguardas sin afectar la comercialización de productos”, añadió.
Oviedo coincidió en que la apertura económica requiere equilibrio. “Nos venden más de lo que nos compran. Ojalá fuera una relación más equilibrada, con reciprocidad comercial”, dijo.
China mantiene inversiones en la Ciudad de México, Coahuila, Guanajuato, Yucatán y Jalisco.(Quetzalli Nicte-Ha/REUTERS)
El signo visible de una nueva etapa
Los anuncios en mandarín sobre Reforma no son una curiosidad lingüística, sino el reflejo de una transformación urbana y económica. Detrás de cada cartel hay desarrolladores que identifican un nuevo público, agentes que traducen materiales y comunidades que comienzan a ocupar un lugar estable en la vida cotidiana de las ciudades.
Para el sector inmobiliario, la comunidad china representa un mercado emergente con demandas específicas y capacidad de inversión, de acuerdo a Karim Oviedo de la AMPI.
Para México, una muestra de cómo las transformaciones comerciales globales terminan materializándose en algo tan concreto como un anuncio, un local o un edificio que cambia de idioma.