El diseño mexicano, el factor sorpresa en Milán
Nota del editor: Joel Escalona es director de JOEL ESCALONA STUDIO, estudio de diseño industrial especializado en el desarrollo de producto, diseño interior y dirección creativa en materia de moda, mobiliario, estilo de vida y tecnología. Síguelo en su cuenta de Instagram como @joelescalona. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.
(CIUDAD DE MÉXICO) – La Semana del Diseño en Milán, Italia, bien podría considerarse como los Juegos Olímpicos para los creativos, reporteros y todos aquellos que viajan para ver sillas, floreros, instalaciones artísticas y proyectos experimentales que rayan entre el arte, la ciencia y el diseño.
En un inicio, esta era la semana donde las marcas comerciales presentaban sus nuevos desarrollos tecnológicos y colaboraciones con diseñadores internacionales, traducidos en novedosos productos listos para ser lanzados al mercado en Salone del Mobile —una muestra que por sí sola es casi imposible de ver a detalle en tan solo una semana—.
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Sin embargo, ahora la Semana del Diseño en Milán se ha convertido en un festival que permea por completo la ciudad con gran cantidad de eventos independientes y experimentales, exhibiciones de marcas y universidades, así como muestras de diseñadores consagrados y jóvenes de todo el mundo. Definitivamente un maratón para todos los asistentes.
Este año, algunas exposiciones de diseñadores conocidos (de ciertas naciones como Italia o Japón) generaron tanta expectativa que los visitantes tuvieron que esperar una o dos horas en fila para entrar y ver sus objetos o instalaciones que tenían en exposición.
Incluso para comprar un boleto del metro y entrar o salir de Salone habían filas enormes que generaban una sensación de expectativa bastante intensa.
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Al día de hoy es bastante usual tener en agenda estas exposiciones como eventos a los que hay que acudir con solo saber el nombre o nacionalidad del diseñador, sin siquiera tener una idea de lo que van a mostrar.
Este año tuve tiempo libre para ver varias exposiciones, dentro de las cuales era obvio ir a visitar las propuestas de los diseñadores mexicanos.
La diversidad de propuestas del diseño mexicano en Milán era amplia, reflejo de la complejidad misma de nuestro país, por lo que la pluralidad de lo que los diseñadores mexicanos mostraron en Milán no se centraba solo en formas o colores, sino que traspasaba conceptos, tipologías e inclusive modelos de negocio.
David Pompa en Semana del Diseño en Milán. FOTO: Studio davidpompa
Había desde empresarios comercializando luminarias y diseñadores mostrando nuevos accesorios, hasta estudios de diseño ofreciendo desarrollo e investigación de materiales, tema que no es muy usual en el mercado del diseño a nivel mundial.
Al intercambiar experiencias con otros diseñadores mexicanos, el común denominador que todos compartíamos era la reacción de los asistentes ante nuestra propuesta: la sorpresa; sorpresa por nuestra propuesta creativa, sorpresa por nuestra calidad y, en todos, sorpresa por ser mexicanos.
Pude comprobar ese sentimiento de asombro en los asistentes al observarlos en los stands viendo, tocando y escuchando la explicación de cada uno de los proyectos.
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Me pasó a mí cuando hablé con distintas personas y les platiqué del proyecto que estaba presentando junto con la marca Española BD Barcelona.
Hablé de lo que representa ser el primer mexicano que trabaja con una empresa que fabrica piezas de Salvador Dalí, Jaime Hayon o Ettore Sottsass, y que muestra algo con una compañía dentro de las 1,300 empresas que ahí exponen.
Me es muy curioso que nadie espera nada de nosotros como nación en términos creativos, desarrollo de productos o innovación tecnológica (así como de otras naciones, supongo), lo cual no es bueno o malo, simplemente es algo que sucede.
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Sin embargo, definitivamente el factor sorpresa es algo que debemos utilizar a nuestro favor como industria creativa, ya que al estar en el mayor evento del gremio a nivel mundial o, siguiendo con mi analogía, en los Olímpicos del Diseño, la competencia sana impulsa a superarnos a nosotros mismos y generar desarrollo, innovación y competitividad.
Para mí algo es claro y espero que para la mayoría de los creativos mexicanos que estuvo en esta edición de la Semana del Diseño en Milán también: es necesario regresar el próximo año con más diseños, más desarrollos y más exhibiciones; sorprender a más personas, empresas y medios especializados; trabajar hasta que esa sorpresa se traduzca en una expectativa que genere filas de horas para ver a los diseñadores mexicanos.