Los nuevos centros comerciales, espacios más allá de la compra
Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en la edición 533 de la revista Obras , 'La vivienda en su laberinto', correspondiente a mayo de 2017.
(CIUDAD DE MÉXICO) – Los nuevos centros comerciales tienen poco que ver con la imagen original del Southdale Center, en Minnesota, considerado el primer desarrollo de este tipo, inaugurado en 1956.
Los usuarios de ahora, sobre todo los más jóvenes, no solo quieren comprar un producto, buscan fundamentalmente experiencias. Las plazas empiezan a comprenderlo. De ahí que hayan renovado e innovado en lo que ofrecen a sus visitantes.
Jorge Lizan, director general de Lizan Retail Advisors, con sede en Nueva York, y asesor en la industria de centros comerciales, explica que las amenidades en estos lugares han tenido que evolucionar para asegurar su existencia. Aquellos de carácter muy local, con un par de tiendas departamentales y algunas boutiques de ropa, están destinados a desaparecer.
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"Han cambiado los gustos y las necesidades de la gente y la oferta de amenidades se está adaptándo a los usos de esos consumidores, por lo que cada vez más comenzaremos a ver un porcentaje mayor del área arrendable dedicada a entretenimiento", señala el especialista.
El nuevo concepto es el place making, que se refiere a cómo lograr que un espacio se convierta en un lugar al que la gente quiera ir, más allá de realizar las compras, y pasar tiempo en él. Aquí entra en juego el diseño experiencial, para propiciar sentimientos de 'lugar' en ambientes de usos mixtos. El objetivo es crear vivencias profundas que causen efecto en todos los sentidos.
Este concepto, además, atrae al turismo, lo que ocasiona que las marcas internacionales quieran tener presencia en dichos espacios y un incremento en la rentabilidad, porque los turistas gastan más que los locales.
Áreas verdes. Encuentro Oceanía, proyecto de Pulso Inmobiliario, incluye cnachas deportivas, una de las carencias de la zona. FOTO: Cortesía Pulso Inmobiliario
Lizan apunta que es esencial que un proyecto considere elementos de entretenimiento, como restaurantes, bares, teatros, instalaciones deportivas o eventos, e incorpore la tecnología, ante el creciente uso de medios sociales y las ventas en línea. Los nuevos usuarios demandan también facilidades como wifi público o aplicaciones para estacionarse.
El diseño experiencial
Uno de los mejores ejemplos es el Dubái Mall, abierto en Emiratos Árabes Unidos en 2009. Sus 111 hectáreas lo convierten en el más grande del mundo (por el momento) y el sexto por su superficie bruta alquilable, además de ser uno de los que mayor lujo ostentan.
Ese mall recibe más visitantes que turistas extranjeros la ciudad de Nueva York, gracias a que, además de contar con tiendas ancla como Galeries Lafayette y Bloomingdales, un hotel de lujo y un centro médico, incluye pista olímpica de hielo con iluminación natural, un enorme acuario, zonas temáticas o un paisaje urbano interior.
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El cuidado de su diseño no excluye los detalles locales, como palmeras distribuidas en los recorridos circulares que garantizan un paseo por el mayor número de tiendas.
Otro ejemplo es su vecino, el Mall of the Emirates, que por mencionar lo menos incluye el Ski Dubái, una ladera de esquí bajo techo de 400 x 80 metros que siempre mantiene su temperatura a -3 °C.
Por un estilo de vida
En México hay alrededor de 600 centros comerciales y cada año inician su construcción entre 25 y 35, estima Lizan. "La falta de espacios públicos los han convertido en las nuevas plazas de las ciudades", las que tienen que ser diseñadas en un espacio interior.
La tendencia puede parecer paradójica, pero ahora se tiende a generar en el interior más espacios al aire libre, con componentes de entretenimiento, cultura y comida, y una mezcla de inquilinos diversa para satisfacer diferentes estilos de vida. Esos inquilinos también deben seguir en su propio interior la propuesta de un diseño que genere experiencias para complementar la intención.
Para Benjamín Bross, director de Proyectos de Planigrupo, desarrolladora, operadora y propietaria de centros comerciales, estos espacios son una amenidad por completo. "El centro comercial es una amenidad a nivel urbano, aporta mayor calidad de vida a la gente que vive cerca de ahí", comenta.
El arquitecto menciona Paseo Alcalde, inaugurado en 2016 en una zona popular de Zapopan, Jalisco, donde no había amenidades básicas a nivel urbano. "Al interior, se aprovechó el clima de la región para proyectar pasillos abiertos, al aire libre, así como una gran terraza donde se genera convivencia pública, una amenidad fundamentalmente social", explica.
Estilo. En la Ciudad de México, Fortuna, también de Pulso Inmobiliario, es un lifestyle center muy enfocado en el entretenimiento. FOTO: Cortesía Pulso Inmobiliario
Un componente que ya no puede faltar son las áreas verdes. Paseo Hipódromo, inaugurado en 2017, en Naucalpan, Estado de México, en una zona de fuerte poder adquisitivo, es un proyecto de lujo con un distintivo interior: "una terraza que da hacia el campo de golf de Conscripto", comenta Bross.
Bernardo Cantero, socio fundador de Grow Arquitectos, se refiere también a la inclusión de espacios al aire libre. Vía Vallejo, inaugurado en 2016 en la Ciudad de México, integra zonas comerciales y residenciales, servicios de salud y un hotel en un inmueble de tres niveles, que se complementa con espacio público y un parque al aire libre con restaurantes.
Otra de las misiones que ahora tienen quienes están a cargo de diseñar el interior de estos multifacéticos espacios es emular la urbe. Puerta Victoria, en Querétaro, pretende ser una extensión urbana de la avenida Constituyentes, para lograrlo se pensó en un corredor gourmet, que otorga una dinámica contemporánea al espacio y es una alternativa de convivencia con el entorno, a través de una calle abierta, flanqueada por terrazas, restaurantes, plazas y amplias áreas con jardines. "Este tipo de proyectos tiene como primer objetivo crear comunidad", afirma Cantero.
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Creación de escenarios
Juan Ignacio Rodríguez, socio director de Planeación de Mac Arquitectos, señala que el objetivo es generar la mejor experiencia a los visitantes, de forma que se apropien del centro comercial y lo tengan en mente no solo cuando necesiten acudir a una de sus tiendas, también cuando deseen únicamente salir a pasear.
Así funciona Patio Clavería (Ciudad de México, 2014), un centro comercial de barrio que busca convertirse en el centro del vecindario, pues está ubicado en una zona completamente residencial de clase media, por lo que atiende mayoritariamente familias, gracias a un gran espacio central que actúa como plaza.
Ocio. Urban Village, en Monterrey, un proyecto de Planigrupo, hace énfasis en la oferta de restaurantes. FOTO: Cortesía Planigrupo
Enrique Villanueva, director de Desarrollo de Pulso Inmobiliario, coincide en esta nueva tendencia. "Ahora se trata de incluir cultura, deportes, comida, nutrición, todo un concepto de wellness, ofrecer una amplia gama de opciones y utilizar la tecnología para montar diferentes escenarios", explica.
Torre Manacar, proyecto de Teodoro González de León que abrirá el 6 de julio, combina 22 pisos de oficinas corporativas y un centro comercial distribuido en siete niveles, con un gimnasio con piscina semiolímpica que ofrece una vista de la ciudad a 31 metros de altura, detalla Gerardo Garza, director comercial de Pulso Inmobiliario.
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El complejo de cristal de 25,000 m2 rentables, ubicado en Insurgentes y Río Mixcoac, en la Ciudad de México, contará con un gran domo que estará envuelto por una pantalla en movimiento, ahí se transmitirán encuentros de futbol y contenidos multimedia dirigidos a diferentes usuarios.
En Encuentro Oceanía, que tiene prevista su inauguración en el verano de 2019, se atenderá la necesidad de la población de una zona cercana al aeropuerto de la Ciudad de México que carece de parques, por lo que las áreas verdes ocuparán un buen porcentaje del proyecto. Para solventar la necesidad de espacios deportivos y culturales, tendrá canchas de futbol en el techo, un foro para conciertos y eventos, y un patio peatonal de 5,000 metros cuadrados.
El objetivo es que el centro comercial deje de ser únicamente un espacio de compras para convertirse en una extensión del espacio público.