Muebles, joyería, plumas, utensilios de cocina y decorativos son tan solo algunos de los objetos que reflejan la versatilidad en la producción del diseñador mexicano Joel Escalona, quien con solo 34 años de edad ya ha exhibido sus obras en las principales capitales del mundo: Italia, Francia, Nueva York y Miami, dirige su propio estudio desde 2014 y es el director creativo de las firmas internacionales Breuer y Nono. Además de impartir clases en las universidades Centro y Tec de Monterrey.
La singularidad de su trabajo une la practicidad del objeto como cosa utilitaria, con una búsqueda poética, que resulta en una metáfora tangible. Así, el mueble reinterpretado en su forma se vuelve poema sin dejar de ser útil en la vida diaria y, por ende, sujeto de parámetros económicos.
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En diversos momentos Escalona ha sido reconocido como un diseñador destacado de las nuevas generaciones, o como un joven extraordinario en el que hay que fijar la mirada. Su trabajo ha sido publicado en diversos medios y libros de prestigio internacional.
En entrevista con Obras comparte un poco de sus preocupaciones y ocupaciones al momento de diseñar, así como de su proceso creativo y de sus ambiciones.
¿Cuál es tu mayor preocupación cuando diseñas?
Joel Escalona: Trato de hacer énfasis en que los proyectos sean económicamente viables, eso significa que las personas los quieran y los puedan comprar. También que sean tecnológicamente apropiados, para ello uso todos los recursos de infraestructura que tengo a mi alcance, eso implica sacarle provecho a los materiales y a los procesos de los clientes con quienes trabajo.
Otro tema es que sean funcionales, que las personas lo disfruten, lo entiendan y le saquen todo el provecho.
Por supuesto que los objetos sean socialmente responsables. Como creativos, una vez que cumplimos con esto podemos comunicar algo acerca del momento histórico en el que vivimos a través de nuestros objetos para el beneficio de la sociedad.
En ese mismo sentido me preocupa que los objetos sean ambientalmente sustentables y responsables. Mi objetivo en la vida como diseñador y persona es dejar el planeta como lo encontré y si puedo mejor.
Otra cosa es que los objetos sean simbólicamente pertinentes. Con todo lo que ha sucedido en las últimas semanas en el país, estábamos haciendo un par de proyectos en las universidades donde cuestionábamos el género de los objetos y nos dimos cuenta que existen ciertos prejuicios.
Nuestro objetivo como creativos y creadores de objetos contemporáneos es utilizar los símbolos y comunicar algo de manera positiva, pero también replantear su significado, por ejemplo las cuestiones de género, a través de nuestros objetos.
¿Qué valores agregados tiene el diseño, para qué sirve diseñar?
JE: Son muchos. Un objeto debe darle un beneficio a las personas que lo van a fabricar y que lo van comercializar pero también a quienes lo van a utilizar. Otro beneficio es mejorar el contexto en el cual vivimos, ya sea a través de un comentario social, de replantear lo que pasa todos los días —por ejemplo, la inclusión— a través de nuestro mundo material.
Los objetos son el reflejo de la sociedad actual en la que vivimos, y como creadores de los mismos, somos un poco también creadores de los valores de la sociedad. Yo trabajo por un contexto sobre el cual a mí gustaría vivir, y pienso que los grandes valores agregados del diseño están en lo comercial y lo simbólico.
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¿Qué papel juega el desafío y la rebeldía cuando diseñas, puesto que más allá de lo utilitario cuestionas lo razonable o la lógica de la forma?
JE: Me gusta mucho la metáfora, y si el proyecto lo permite, que en la mayoría de los casos ocurre, me gusta realizar una asociación de palabras o cuestionar algunos temas, a través de la asociación de palabras o el manifiesto de los proyectos que hacemos. Si yo no fuese diseñador creo que escribiría canciones o literatura.
Uso metáforas y conceptos que van de la mano, porque es prioritario que los objetos comuniquen y funcionen. Me gusta tener un fundamento teórico, lo que fortalece al objeto o al proyecto final y hace que las personas conecten mejor con estos. Si alguien quiere y puede comprar algo, y luego de hacerlo tiene una buena conexión con el objeto, ese es un proyectos exitoso.
Acabamos de sacar una colección de muebles en Zona Maco en febrero, con Breuer, que se llama Noviembre, el manifiesto me tomó casi tanto tiempo como diseñar la selección. Sería fácil no hacerlo, pero para mí la teoría detrás del objeto es tan importante como el objeto. En este caso está ligado a la historia del arte y utilicé como referencia a Constantin Brancusi, un escultor rumano que trabajaba con la abstracción de las forma.
Luego de leer su vida y obra, entendí un poco cómo trabajaba y pensaba; traté de aplicar esos mismos conceptos a la colección que trabajé; no estoy inspirándome en sus formas y trazos, sino en su manera de pensar, es una forma en la cual puedo desarrollar estos manifiestos.
A qué atribuyes este crecimiento tuyo tan consistente
JE: Es ambición e inquietud, esa mezcla entre curiosidad y siempre querer aprender cosas nuevas. Hee buscado proyectos cada vez más difíciles y retadores, eso ha sido el punto de partida que ha hecho toda la diferencia en mi carrera profesional.
También supongo que es la manera en la que pienso y trabajo las cosas: por un lado soy extremadamente estructurado y formal, y por otra, me gusta idealizar muchos conceptos; esa mezcla es a la que trato de sacar todo el provecho del mundo.
¿Quién te inspira?
JE: Mis estudios fueron muy técnicos, muy apegados hacia la ingeniería. En el momento en que empecé a conocer más de arte la clásico, contemporáneo y literatura se abrió otro mundo, y es una mezcla de ambos lo que me inspira.
En el momento en que abrí un libro de Stark, de Marc Newson, de estos diseñadores que han hecho desde una cuchara hasta un yate se me abrió el panorama para entender que si una persona es capaz de ser tan versátil, yo definitivamente quiero hacer esto.
¿Cuál ha sido tu estrategia para tener presencia internacional?
JE: Es una mezcla de ingenuidad y ambición, desde la universidad se me hacía fácil escribir directo a las empresas o inscribirme a concursos de todas partes del mundo. Uno que otro pegó, me invitaban a exponer y presentar mis objetos. Tener esas experiencia a una corta edad te deja ver que el extranjero no es ni mejor ni peor que lo local, simplemente es distinto. Con eso en mente pude entender qué es lo que a mí me hace distinto en un contexto global, y utilizarlo.
Curiosamente el conectar con la gente y poder transmitirle a un director de una empresa extranjera qué hago qué me gusta y cómo conectamos es la estrategia. Trabajar mucho, hacerlo lo mejor que pueda, tener un alto estándar de calidad y conectar con las personas. Si a mí me encanta esto que hago y si lo comparto de una manera honesta, la gente lo entiende aquí y en cualquier parte del mundo. Eso ha sido el secreto de mi proyección internacional.
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¿Qué nos hace distintos?
JE: Nuestro contexto y nuestra manera de resolver problemas. La mayoría de los diseñadores en cualquier parte del mundo son especialistas. Al vivir en un contexto muy estructurado los diseñadores se especializan en cosas muy particulares, hay quienes solo hacen sillas, coches. Los contextos educativo, industrial están tan bien establecidos que cada quien hace lo que le toca. Nuestro contexto latinoamericano es tan diverso, caótico y estridente que nos toca resolver mil problemas en nuestro día a día, eso nos hace generalistas, es la gran diferencia.
El tener que resolver problemas de producción, ventas, mercadotecnia, comunicaciones, creatividad, desarrollo, nos hace distintos. No nos hace mejores ni peores, solo distintos. Si tuviéramos más claro eso, muchos creativos lo podríamos explotar mucho mejor, a mí me ha funcionado cuando trabajo con empresas en el extranjero, resolvemos diseño, producción, desarrollo comercial, estrategia de comunicación. La gente se sorprende pero ese es nuestro día a día aquí.
¿Cuál es el lugar de la nuevas tecnologías en tu trabajo cotidiano?
JE: Acortar tiempos, distancias y abrir posibilidades, ver perspectivas que usualmente no veríamos. En posguerra se descubrían tecnologías y solo se veía en lo inmediato, de pronto todos fabricaban en fibra de vidrio, plástico, aluminio, desechables, en su momento eso se disfrutó pero al no poder ver un poco más lejos, ahora lo estamos pagando y tenemos que encontrar la manera de solucionarlo.
Ahora las tecnologías que cada vez están más disponibles nos ayudan a ver un poco más lejos, podemos hacer mejores predicciones sobre qué también hacemos nuestros trabajo y qué va a suceder cuando diseñemos algo. Podemos crear más conciencia desde el momento en que trazamos una línea, además de saber cómo impacta en la cadena de valor, cómo a personas e industrias en el contexto inmediato y lejano, eso nos permite ser más responsables y conscientes de nuestro trabajo y tomar mejores decisiones creativas.
Hacia el futuro inmediato ¿cuál consideras que deba ser el papel de los diseñadores?
JE: Ahora hay muchas galerías, la prensa habla del diseño pero el objetivo tendría que ser que las gente utilice los objetos y los disfrute, que no solo estén en un museo o en una publicación. El mejor halago es ir a una tienda y ver cómo la gente está comprando algo que tú hiciste, independientemente de que sepan que tú lo hiciste. Debemos enfocarnos en que lo que hacemos esté en las casas de las personas, y ya está pasando, estamos en ese proceso.
¿Hasta dónde quieres llegar con tus diseños, cómo te visualizas en el futuro?
JE: Mi manera de ver las cosas es hacerlo cada vez más complicado, no necesariamente cada vez más grande. Si no más complejo. Estoy buscando la manera de trabajar en proyectos de arquitectura, tecnología, conocimiento, el chiste es cómo entrar en campos desconocidos donde pueda aprender y trabajar con expertos del tema y aprender un poco de ellos.
Actualmente el estudio de Joel Escalona trabaja en la dirección creativa para Breuer, también está trabajando con Nemo, con la que pronto lanzará una nuevo colección. En breve planea presentar un bolígrafo con una empresa austriaca, además de otras piezas de edición limitada y joyería con la empresas Tane. En sus planes también está el incursionar en diseño de espacios interiores en alianza con arquitectos.