El confinamiento cambió las dinámicas sociales y laborales, así como que la gente esté revalorando sus espacios. No habíamos puesto tanta importancia en nuestros hogares como ahora, indica Raquel Amiga, socia fundadora de Studio20.25.
El homeoffice y el homeschooling pusieron énfasis en la importancia de contar con espacios privados para trabajar o estudiar. Las reuniones virtuales han impulsado que las personas quieran vivir en espacios más armónicos y estéticos.
Para procurar el confort y la productividad, la iluminación juega un papel muy importante, así como proyectar una vista armónica y que la ventilación sea la adecuada, incluso durante una videconferencia, considera Amiga.
En la remodelación de cocinas ha estado concentrada la mitad de la demanda de servicios para Studio20.25. “Estos espacios requieren mucho pensamiento de diseño; implican picar, lavar, cocinar, etcétera, y no siempre están preparado para todo eso, necesita ser muy funcionales. Al mismo tiempo, son un lugar muy íntimo”, enfatiza la arquitecta.
De acuerdo con Amiga, un ingrediente crucial en una cocina es el círculo de cocción: implica hacer un triángulo práctico entre la refrigeración, la tarja y la estufa y horno, que el usuario pueda moverse entre estos puntos sin obstáculos.
Otro elemento primordial es tener una iluminación equilibrada entre blancos (permite ver) y amarillos (brinda calidez y armonía). Además, en los acabados existe gran innovación de materiales que soportan altas temperaturas o uso rudo, al tiempo que adicionan componentes decorativos.
En nuestros diseños “nos gusta poner accesorios prácticos como esquineros, portacubiertos y compartimentos para guardar todo, que quede muy organizada y limpia”, relata Amiga.
Por su parte, Daniella Valenzuela Anchondo, interiorista originaria de Baja California Sur, reconoce que en su despacho se triplicó el volumen de trabajo y que otro de los servicios más solicitados han sido bares y áreas lúdicas para niños dentro de casa, así como la integración de la cocina con zonas de convivencia.
Con respecto a la redistribución de espacios, Valenzuela señala que el confinamiento también ha provocado un mejor aprovechamiento de zonas que estaban subutilizadas. “Antes, las personas no se daban cuenta si sus espacios eran funcionales. Hoy reconocen si existe un mal diseño, iluminación y falta de relación entre el interior y el exterior".