“La clave es hacer espacios flexibles y que pueden cambiar dependiendo la funcionalidad del momento emocional de la gente, de la ocasión: recibir a alguien, trabajar, descansar… con piezas hechas a la medida se puede lograr”, dice el arquitecto Andrés Mier y Terán, del despacho MYT+GLVDK.
Su última experiencia en este tipo de lugares es reciente. Trabaja en el diseño de departamentos en la colonia San Rafael, que van desde los 24 metros cuadrados y hasta los 54 metros cuadrados.
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En los departamentos ha recurrido a usar piezas como camas plegables, tapancos para aprovechar la altura, escritorios de un muro, escaleras con ruedas, clósets, etcétera; “todo lo que te permite vivir con lo mínimo a nivel funcionalidad y tener guardadas cosas que ocupes en un espacio secundario”, agrega.
Este uso de organización y almacenamiento se ha hecho popular, debido a la tendencia de las tiny houses, casas pequeñas que se han viralizado en internet, debido a su económica construcción, su movilidad y fácil instalación.
Por lo que otro de los factores funcionales probado, es la iluminación. A través de la luz también se puede cambiar la función de los espacios —cálida para el descanso, fría para trabajar—.