México ocupa el quinto lugar en exportaciones de muebles a nivel mundial.(Graciela López Herrera)
Diana Zavala
El anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles de 10% a la madera y de 25% a los muebles tapizados, armarios y tocadores generó inquietud en la industria del mobiliario global.
Sin embargo, en México el panorama inmediato muestra fortaleza y continuidad de inversiones, impulsadas por ventajas estructurales y de ubicación, ya que el país es punto estratégico para la manufactura y el diseño de interiores.
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El ejemplo más reciente es el de MillerKnoll, fabricante estadounidense que el 25 de septiembre inauguró su primera planta en América Latina, ubicada en Apodaca, Nuevo León.
La decisión, planeada durante tres años, se tomó en un entorno de tensiones comerciales, pero con una estrategia a largo plazo basada en la eficiencia productiva y la proximidad con su principal mercado.
“Creemos que lo que está pasando en el entorno es algo temporal. El Tratado de Libre Comercio se va negociar el próximo año en todos sus capítulos y nuestros productos califican para los beneficios del tratado”, explicó Mario Espinosa, vicepresidente de MillerKnoll para Latinoamérica y el Caribe.
A finales de septiembre, el presidente Trump ordenó nuevos aranceles a la madera, gabinetes de cocina y muebles tapizados, con el argumento de que las importaciones de esos productos están debilitando la economía de Estados Unidos. Fijó 10% a la madera importada y 25% a los armarios de cocina, tocadores de baño y muebles tapizados.
De acuerdo con Héctor Magaña Rodríguez, profesor del Departamento de Finanzas del Tecnológico de Monterrey, México ocupa el quinto lugar en exportaciones de muebles a nivel mundial, con ventas cercanas a los 1,700 millones de dólares en 2023, superando a países como Estados Unidos y Canadá.
La cercanía con el mercado estadounidense, el costo competitivo de la mano de obra y la experiencia acumulada de las empresas nacionales son los principales factores que sostienen su competitividad.
El salario manufacturero promedio en México ronda 1.3 dólares por hora, 38% menor al de China, mientras que la infraestructura industrial permite reducir tiempos logísticos.
“Existe un saber hacer en la industria mueblera de nuestro país. Hay décadas de experiencia en fabricación de muebles, desde productos artesanales hasta producción en serie”, destacó Magaña.
Además, el país avanzó en el abasto local de insumos. Antes, las fibras de madera se importaban de Asia, pero una planta en Jalisco permite ahora producirlas de manera local, reduciendo hasta 18% los costos de producción.
A ello se suma la red logística de ferrocarriles y puertos que conecta con Estados Unidos y Canadá, destinos a donde van más del 80% de las exportaciones mexicanas.
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Producción regional y vocación exportadora
Las regiones norte y occidente concentran la mayor producción mueblera en el país. Estados como Jalisco, Chihuahua, Nuevo León y Baja California son polos industriales donde confluyen grandes empresas internacionales y fabricantes nacionales.
En Nuevo León, compañías estadounidenses como Lazy Boy o Williams Sonoma ensamblan y terminan productos para el mercado estadounidense.
“Hay que ver esa doble jugada porque no solo los mexicanos se verán afectados, sino también los americanos que aquí producen”, señaló Alejandra Sánchez, directora de la Agrupación de Arquitectos e Interioristas de México (AAI).
El fenómeno, explicó, muestra cómo las tensiones arancelarias impactan tanto a las empresas extranjeras con operaciones en México como a los fabricantes locales.
En este contexto, Canadá surge como un socio relevante para reforzar la cadena de suministro a través del T-MEC.
En el diseño de interiores, los efectos se manifestarían en incrementos de precios, menor oferta y ajustes en los procesos de fabricación.(Galo Cañas Rodríguez)
Efectos en precios e interiorismo
Aunque el impacto inmediato de las tarifas no se reflejará en las próximas semanas, las variaciones podrían observarse a inicios de 2026.
“Cualquier industria, y más la textilera o de insumos, como la madera, no puede soportar una cuestión así más de tres meses”, advirtió Alejandra Sánchez.
Los efectos se manifestarían en incrementos de precios, menor oferta y ajustes en los procesos de fabricación, apuntó.
En el ámbito del diseño interior, las afectaciones se concentrarán en la etapa de ejecución, especialmente en la adquisición de materiales y mobiliario terminado.
No obstante, la situación también abre una oportunidad para que los fabricantes nacionales ganen terreno.
“Esto está sirviendo para que se sigan haciendo muchísimas más cosas y que vuelva a haber un segundo o tercer aire del diseño mexicano”, afirmó la especialista.
Las tarifas anunciadas por el gobierno estadounidense ponen a prueba la fortaleza del sector mueblero.(Graciela López Herrera)
Perspectiva del sector
Para los próximos cinco años, la industria mexicana del mueble podría mantener una tasa de crecimiento cercana a 4%, impulsada por la llegada de inversiones extranjeras y la expansión de firmas nacionales.
Empresas como Ikea incrementaron su integración con proveedores locales, fortaleciendo la cadena de valor y estimulando la innovación en diseño y materiales, puntualizó Héctor Magaña.
Pese al entorno de incertidumbre, la respuesta de los fabricantes y diseñadores en México muestra resiliencia.
La apuesta por producción eficiente, innovación en diseño y diversificación de mercados ha permitido que el país no solo resista la presión de las políticas comerciales, sino que se consolide como un centro clave del mobiliario en el continente.