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¿Cuál es la importancia de los recursos para los proyectos de infraestructura?

En la actualidad es difícil imaginar cualquier actividad económica sin el uso de recursos productivos, opina Ana Graciela Rodríguez.
mar 11 febrero 2020 01:01 PM
Construcción - recursos productivos - obras en construcción - proyectos
La reactivación de la industria de la construcción es un respiro para el sector, sin embargo, no es suficiente para sanarlo.

(Expansión) – En México, la industria de la construcción es una de las más importantes por su aportación al Producto Interno Bruto; sin embargo, en los últimos meses esta actividad se redujo drásticamente. Tan sólo en el primer semestre del año pasado tuvo una disminución de 5.6% en comparación con el mismo periodo de 2018, aún así se facturaron más de 252,000 millones de pesos.

Además, datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) destacan que más de la mitad de los estados del país están en números rojos respecto a esta actividad económica.

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Para reactivar esta industria parece buena señal el Plan Nacional de Infraestructura que presentó el gobierno federal en noviembre pasado, el cual abarca en una primera etapa 147 proyectos por un monto de 42,000 millones de dólares.

Aunque esto significaría el inicio de la recuperación de la industria de la construcción, si los actores que participamos en las cadenas de producción no lo hacemos de forma adecuada, al combinar nuestros recursos productivos con la tecnología que tenemos disponible, elevar la productividad será complicado y quizá está industria acumularía más pérdidas.

Por ello quiero destacar la importancia de los recursos que las empresas necesitamos utilizar para la productividad; éstos no sólo comprenden la parte monetaria de la que se dispone, también se deben considerar los bienes a los que se pueden recurrir para la realización de los proyectos; es decir, los también llamados factores de producción, que vistos desde la disciplina económica son la tierra, trabajo, capital y organización.

Desde mi experiencia profesional considero que en la actualidad es difícil imaginar cualquier actividad económica sin el uso de recursos productivos. En el caso de los que se usan en la industria de la construcción, éstos deben combinarse adecuadamente según las circunstancias, pues aunque se traten de obras de infraestructura, no es lo mismo edificar una presa, una carretera, un hospital o un rascacielos.

De esta forma, al hacer la mezcla adecuada y equilibrada de tierra, trabajo, capital y organización, con la tecnología precisa necesaria en cada fase de los proyectos, las grandes obras de infraestructura que se requieren en el país, como vías de comunicación, aeropuertos, obras hidráulicas, sanitarias, portuarias; edificios para diversas funciones, entre otras, llegarán a buen fin para beneficio de todos.

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Por ejemplo, la demanda del factor trabajo, que en la construcción solemos nombrar mano de obra, horas hombre y horas extras, probablemente es mayor en la edificación, donde el porcentaje de este concepto implica alrededor de 30% del valor total del proyecto.

Además, esta especialidad es la que menos del “factor capital maquinaria” requiere, situación distinta en las especialidades de vías terrestres de comunicación o en obras portuarias, donde el pago destinado a salarios no supera el 10% del presupuesto total y en las que se destina al menos 35% del costo de obra al uso de maquinaria y equipo.

Sin embargo, la viabilidad o imposibilidad de la ejecución de algunas obras depende concretamente de un recurso de producción, por lo que no podemos cargar la balanza al uso indiscriminado de uno y subutilizar los demás. Es tan inútil e improductivo contratar más personal que tractores de lo estrictamente necesario.

De la misma forma, contratar menos tractores o menos personal del necesario acarreará a nuestra obra un resultado negativo.

En el primer caso desperdiciaríamos dinero al sobreutilizar uno o más recursos; en el segundo, perderíamos dinero al demeritar el avance de obra.

Para entender mejor esto, quiero poner como ejemplo una situación que se dio en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM); al momento de su cancelación, el proyecto reportaba un retraso de obra por la falta de recursos, hubo escasez de material de relleno: minas y bancos pétreos, principalmente.

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También de maquinaria: excavadoras, cargadores, tractocamiones. Pasados algunos meses, escaseó la fuerza laboral, y así, poco a poco los contratistas redujeron a niveles irracionales los recursos productivos necesarios para las exigencias de proyecto de tal magnitud.

Nota del editor: Ana Graciela Rodríguez es Directora de Comercio Electrónico de UBiK. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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