Para reactivar esta industria parece buena señal el Plan Nacional de Infraestructura que presentó el gobierno federal en noviembre pasado, el cual abarca en una primera etapa 147 proyectos por un monto de 42,000 millones de dólares.
Aunque esto significaría el inicio de la recuperación de la industria de la construcción, si los actores que participamos en las cadenas de producción no lo hacemos de forma adecuada, al combinar nuestros recursos productivos con la tecnología que tenemos disponible, elevar la productividad será complicado y quizá está industria acumularía más pérdidas.
Por ello quiero destacar la importancia de los recursos que las empresas necesitamos utilizar para la productividad; éstos no sólo comprenden la parte monetaria de la que se dispone, también se deben considerar los bienes a los que se pueden recurrir para la realización de los proyectos; es decir, los también llamados factores de producción, que vistos desde la disciplina económica son la tierra, trabajo, capital y organización.
Desde mi experiencia profesional considero que en la actualidad es difícil imaginar cualquier actividad económica sin el uso de recursos productivos. En el caso de los que se usan en la industria de la construcción, éstos deben combinarse adecuadamente según las circunstancias, pues aunque se traten de obras de infraestructura, no es lo mismo edificar una presa, una carretera, un hospital o un rascacielos.
De esta forma, al hacer la mezcla adecuada y equilibrada de tierra, trabajo, capital y organización, con la tecnología precisa necesaria en cada fase de los proyectos, las grandes obras de infraestructura que se requieren en el país, como vías de comunicación, aeropuertos, obras hidráulicas, sanitarias, portuarias; edificios para diversas funciones, entre otras, llegarán a buen fin para beneficio de todos.