Asimismo, la inseguridad y los desastres naturales continúan en aumento, tal como el reciente sismo del 7 de septiembre que sacudió a la CDMX y al estado de Guerrero; o bien, como el pasado terremoto del 2017 que dejó alrededor de 370 personas fallecidas, más de 7,000 heridos, así como la afectación de 17,700 inmuebles en la capital.
Si bien es sabido que cuando una persona decide rentar o comprar una vivienda tiene una serie de expectativas sobre el nuevo lugar donde vivirá, principalmente se busca que sea una buena zona, que sea segura, y que existan buenos vecinos, a fin de que pueda existir un hogar tranquilo. Sin embargo, en México existe una falta de conciencia de manera alarmante respecto a la organización social, debido a diversas causas, falta de empatía, la escasez de convivencia vecinal; así como la ausencia de iniciativas y planes de prevención y erradicación de cualquier situación de peligro por parte de las autoridades al mando.
No obstante, en cualquier alcaldía, colonia, o conjunto condominal es importante que se empiece a promover la necesidad de contar con una administración vecinal bien organizada y sobre todo de una comunicación eficiente para favorecer un ambiente agradable y seguro ante cualquier evento aislado que ponga en riesgo a los condóminos. Por ello es primordial que en los conjuntos habitacionales exista la participación y responsabilidad vecinal, por medio de comités o brigadas que se capaciten en situaciones de riesgo y trabajen de manera conjunta con las dependencias de gobierno correspondientes.
Lograrlo va a requerir de vecinos comprometidos y participativos, pero, sobre todo, de aquellos que verdaderamente les preocupe el bienestar general, y que quieran prevenir escenarios de riesgo, ya que por medio de las acciones que puedan implementar, ayudarán a beneficiar el desarrollo de su unidad habitacional; de igual forma será esencial que las próximas autoridades correspondientes que entrarán tomen conciencia de estas situaciones.
Por este motivo es vital que se empiece a reforzar el tejido social condominal a través de diversas actividades, que permitan ir garantizando paulatinamente un entorno seguro, por medio de estrategias que incentiven la participación vecinal para la gestión de riesgos en unidades habitacionales, y una de las formas pueden ser las siguientes sugerencias.
1. Identificación y plan condominal a la medida: En primer lugar, es crucial que existan planes de acción para prevenir escenarios de riesgo, así como situaciones de inseguridad de acuerdo a las necesidades de cada alcaldía, colonia, unidad habitacional; es como hacer un traje a la medida de cada población.
2. Análisis de recursos: Una vez que se tengan identificadas las necesidades de cada sector, será indispensable saber con qué recursos se cuentan a la mano, es decir, existen alcaldías, colonias o condominios que ya cuentan con algunas estrategias de organización, así como con los materiales o equipos necesarios para implementarlas.