(Obras) - México ya tuvo una oportunidad con el nearshoring y la perdió; no puede permitirse que le pase de nuevo. Este fenómeno donde las empresas ubican su centro de producción cerca de su destino final de venta, hoy no sólo necesita prepararse desde la materia legal para soportar e impulsar el fenómeno que se detona con velocidad debido a la cercanía con Estados Unidos, sino también diseñar una propuesta actualizada sobre planificación urbana.
¿Cómo debe responder el gremio de la vivienda en México ante el nearshoring?
México reaparece en el mapa económico empresarial como un país estratégico gracias a husos horarios mucho más compatibles, ahorro en el tema de traslado de productos, mano de obra de calidad y más.
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Vayamos a Tijuana en los años 90, una ciudad clave dentro de un mundo de maquiladoras, que durante estos años vivió un offshoring, proceso en el cual las empresas de diversos rubros decidieron cambiar la mirada de México a China. El país entonces vio la salida de industrias como la automotriz, las cuales encontraron un aliado en Asia, donde vivieron e impulsaron una transformación en capacidad industrial y un nuevo posicionamiento económico.
Hoy México reaparece en el mapa económico empresarial como un país estratégico gracias a husos horarios mucho más compatibles, ahorro en el tema de traslado de productos, mano de obra de calidad y más. En este escenario es clave reflexionar ante el papel del nearshoring en el gremio de la vivienda, sobre todo porque uno de los fenómenos que trae el nearshoring es la generación de empleos, y con ello la tarea de crear vivienda para los trabajadores con todos los servicios de vida mínimos indispensables.
Los nacionales necesitan la oportunidad de crear su patrimonio cerca de su trabajo, y la planificación urbana es clave, ya que no sólo atiende la creciente demanda vivienda de nacionales, con toda la infraestructura que una comunidad requiere, sino que aborda una problemática que se ha agravado con el pasar del tiempo, como la gentrificación, el mayor síntoma de la falta de planificación. Esto también puede apoyar el desarrollo económico de zonas en crecimiento potencial, como lo son las ciudades al norte como Tijuana; consolidar a actuales potencias industriales como Monterrey, o bien, seguir impulsando el crecimiento hacia el Bajío.
De acuerdo con un estudio elaborado en alianza con el MIT , México necesita más de 800,000 viviendas anuales por las próximas dos décadas para satisfacer el déficit que ya existe y que se incrementa año con año. Además se ha registrado un incremento de demanda contra una baja de ocupación, es decir, hoy habitan los hogares un menor número de personas derivado de una renovación en el estilo de vida en México, como vivir en pareja sin hijos, o sólo tener un hijo.
Hoy tenemos un futuro optimista como país, pues ante un panorama internacional que incluye conflictos comerciales entre Estados Unidos y China, las intervenciones militares de Rusia en Ucrania, crisis energéticas en Medio Oriente, y otros acontecimientos que están limitando las oportunidades de crecimiento, podemos decir que en nuestro país hay demanda y apetito tanto de inversionistas como de compradores de vivienda por construir un mejor futuro.
México necesita crecer a todos los niveles para proveer de bienestar y no hay vía más segura para los ciudadanos de a pie que la creación de patrimonio, el cual potencia el crecimiento de la economía mexicana, se mantiene el impulso a la creación de empleo y a un país mucho más fuerte, pero ello exige capacidad o el nearshoring puede encontrar nuevamente un mejor aliado en otras latitudes.
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Nota del editor: Rodrigo Sánchez Ríos, Cofundador y Presidente de La Haus. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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