Gracia Studio construye para cambiar el color 'gris' de Tijuana
Impulsar un cambio en Tijuana, ciudad en crecimiento que está considerando la densidad como un tema de relevancia y quiere estar cada vez más cerca de Estados Unidos, es uno de los motores que impulsa el trabajo del despacho Gracia Studio.
El pasado "turbio" de Tijuana, relacionado con la inseguridad y la aridez, es uno de los detonadores "para lo que estamos realizando en la zona", dice el líder de la oficina, Jorge Gracia.
Sobre esa 'idea gris' de la ciudad han desarrollado diversos proyectos con impacto social, que interpretan la cultura transfronteriza.
El estudio es el quinto lugar del ranking Diez Despachos Generadores de Cambio de Obras.
La oficina nació en 2004 con una idea básica: "En cada proyecto tratamos de inyectar un aspecto distinto, en el que buscamos explorar diversas formas de negocios y maneras del cuidado de la naturaleza y del entorno", explica el arquitecto.
Muestra de lo anterior son los diseños del hotel Endémico Encuentro Guadalupe, y la cava de granito hundida en la tierra en la Culinary Art School.
En el caso del hotel, ubicado en la región vitivinícola del Valle de Guadalupe, en Chaparral, crearon un refugio donde las habitaciones conviven con la naturaleza y aparecen separadas e incrustadas en montículos de tierra. Ahí buscaron "respetar la naturaleza al máximo", asegura el líder del despacho.
El Chaparral tiene un tipo de flora que se destruye muy fácilmente; restaurarla es complicado porque no hay agua. Por eso, usaron elementos prefabricados, para que las personas que lo construyeron afectaran lo menos posible el entorno.
El arquitecto aclara que, aunque no están enfocados en la sustentabilidad, sus proyectos la incorporan a sus procesos "intrínsecamente".
En el caso de la planeación de la escuela de arte culinario, más allá del diseño arquitectónico, buscaron generar un beneficio para la sociedad. La escuela actualmente promueve la innovación en un contexto donde la gastronomía de Tijuana se abre paso.
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La contribución del diseño en la escuela de gastromía fue integrar los talleres y cocinas a los patios, para propiciar que los alumnos siempre "estén en el entorno correcto", y no sientan que ahora están en clase y luego en recreo, explica el arquitecto.
Otro distintivo fue crear diversas sensaciones. Para lograrlo crearon una cava de granito en el subsuelo, que genera un ambiente vinícola en su interior.
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En la escuela de gastronomía Culinary Art School la contribución fue integrar los patios con los talleres y cocinas. FOTO: Cortesía Gracia Studio
El despacho tiene interés por la estética de lo transfronterizo. Por ello, para el planteamiento y desarrollo de una casa en Ensenada mezclaron sistemas constructivos de Estados Unidos y México.
Con el fin de que sus proyectos sean sostenibles, Gracia Studio diseña acabados que no requieren mantenimiento excesivo. De hecho, en muchas ocasiones la estructura es el acabado fi nal, como en el hotel Endémico, en el Valle de Guadalupe.
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"Lo hacemos para tratar de ser más eficientes en los sistemas constructivos, y también porque siempre los clientes tienden a quitarnos esos elementos extras y tratamos de que no existan", dice el arquitecto.
El secreto para dar viabilidad a los proyectos de estas oficinas es ofrecer los costos más competitivos en el mercado, al ser ellos mismos los arquitectos, desarrolladores y constructores.
"Yo puedo construir más barato que cualquier arquitecto, tratamos de hacerlo rápido porque los materiales cuestan lo mismo, pero la estética jamás se ha malbaratado, eso ha sido la clave en nuestro crecimiento".
Un ejército de arquitectos
Jorge Gracia dice que su responsabilidad como arquitecto no termina en diseñar, desarrollar y construir, sino que tiene que ver con armar una especie de ejército que también comparta su visión y su modelo con sentido social. Así surgió la idea de crear su propio centro de entrenamiento: la Escuela Libre de Arquitectura. "Es nuestra army", expresa.
La escuela nació hace un año. Está en el distrito 'rojo' de Tijuana, en donde rentaron una bodega abandonada, en las calles de Coahuila y Revolución. La ubicación en este punto fue con el propósito de empujar un cambio en el entorno, cuenta Gracia.
"Creamos la escuela con la intención de hacer un cambio verdadero en la ciudad", agrega.
El proyecto atiende alumnos de Tijuana y de San Diego, Estados Unidos. "Es la región que nosotros llamamos CaliBaja", una zona metropolitana con cualidades muy transfronterizas.
En la escuela tratan de inyectar "una semillita" a los muchachos, con el propósito de generar innovación "y no solo tener un título". Practicar es la premisa.
El modelo educativo es que los alumnos aprenden haciendo. Las clases principales son los talleres, como el de herrería o el de carpintería, pero además los estudiantes van a obras de construcción para foguearse de manera directa.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición marzo-abril de 2016 de la Revista Obras
