En entrevista con EFE dijo que el aforo de estos lugares debe reducirse, “cuando terminemos esta etapa de confinamiento y podamos volver a los estadios, algo va a cambiar. Eso pasa porque debemos tener un cierto confort, seguridad de salud cuando estamos en una zona con muchas personas”, y agregó que la disminución debería ser de entre 10 y 15%.
También considera que se deben hacer otros cambios en, por ejemplo, la manera en la que se consume dentro de los espacios, para que los visitantes no tengan que estar reunidos con demasiadas personas en filas, o tener mucho contacto con los vendedores al momento de pagar.
Una opción es usar la tecnología: buscar un sistema en el teléfono celular que permita pedir comida y que la lleven al asiento o que avisen cuando esté listo lo que se solicitó para ir a recogerlo.
Igualmente, es importante implementar otros dispositivos que ayuden a medir la temperatura de los aficionados antes de entrar al recinto, así como reconocimiento facial de las personas para tener una base de datos de enfermas y curadas.
También considera que deben considerarse las nuevas maneras en las que se mueven las personas. Con la contingencia provocada por el coronavirus se determinó que el transporte público es de gran riesgo por las aglomeraciones que se pueden llegar a dar.
Sin embargo, en la actualidad muchos de los estadios se construyen a las afueras de las ciudades, por lo que no es posible acceder a ellos caminando. “Estamos viendo, tanto en estadios como en el resto del ocio, que habrá más transporte individual, incluso bicicletas. Las llegadas al estadio tendrán que acondicionar estos nuevos modos de viajar a las personas”, dijo Fenwick.
Finalmente. considera que estos lugares deben ser mucho más flexibles y que aporten opciones a otros deportes. Además de tener la flexibilidad de adaptarse en tiempos de crisis y de aportar a la sociedad. En la pandemia algunos estadios se han convertido en hospitales temporales para atender a personas contagiadas de COVID-19.