“Los arqueólogos, en su día, sacaron fotos, pero creo que se quedaron sin dinero y tuvieron algún desacuerdo con el propietario del terreno”, señala Gianni de Zuccato, uno de los arqueólogos que redescubrió la pieza.
Se tomó la decisión de retomar la investigación el año pasado porque a lado de los viñedos del vino Amarone, en donde fue encontrado el mosaico, se estaban construyendo nuevos edificios, por lo que “o encontrábamos el mosaico o se perdía para siempre”, puntualizó de Zuccato.
Sin embargo, entablar los trabajos no fue sencillo. En primer lugar la zona pertenece a cinco hermanas, lo que complicó la coordinación para que dieran la autorización de iniciar las obras. En segundo lugar, la contingencia sanitaria de COVID-19, en la que se tuvieron que suspender las actividades por meses.

Ahora el gobierno local busca la manera de que se preserve el mosaico y pueda estar disponible para que el público lo visite; “el superintendente ahora se pondrá en contacto con los dueños del área y la municipalidad para determinar la manera más apropiada para que este tesoro arqueológico, que siempre he estado escondido bajo nuestros pies, disponible y accesible”, comunicaron las autoridades.