Además, el cierre de permisos de construcción en México, principalmente en la capital del país, y la reducción del espacio fiscal existente desde el 2012, agravaron los efectos de la suspensión de actividades y la crisis económica, explicó Fernando Balbuena, economista senior de BBVA en la presentación Situación Inmobiliaria del primer semestre del 2020.
“Creemos que puede ser una contracción de mayor duración a cualquiera vista, después de la de 1995, porque empezó hace un año. (...) Sobre todo el panorama de inversión e infraestructura se ve bastante peor, porque la situación del COVID-19 va a restar aún más el margen de maniobra fiscal. El PIB caerá, la deuda aumentará y la reducción también disminuirá por el resultado de la retracción económica y la depreciación en el tipo de cambio”, agregó.
A pesar de la reanudación de labores de este sector, su recuperación no será rápida debido a que el poder adquisitivo de las personas será menor, por lo que disminuirá la demanda de sectores como vivienda. BBVA estima que en 2020 se perderán alrededor de un millón y medio de empleos, lo que significa menor requerimiento de propiedades.
Esto también afectará el costo de los insumos de la construcción ya que, a falta de demanda, han sufrido una caída que no se recuperará hasta el segundo trimestre del próximo año, estima el experto.
“Creemos que en el mediano plazo, un riesgo importante en cuanto al precio de los insumos de la construcción es en términos de política energética. Si hay marcha atrás en la inversión de energías renovables lo que veremos es un aumento a los precios de electricidad. Las energías renovables son unas seis veces más baratas que las convencionales. Si el país da marcha atrás, lo que veremos es un aumento de los insumos", precisó Fernando Balbuena.
La recuperación
Pero no todo está perdido en el sector, ya que en el aspecto crediticio se muestra un panorama sano. La banca contaba con niveles muy altos de solvencia para la construcción. A pesar de que la morosidad ha aumentado, en la actualidad se mantiene por debajo de 3%. BBVA prevé que aumente este porcentaje, sin embargo considera que no a un nivel grave que ocasione problemas a la industria.
“La banca entra a este episodio (de COVID-19) con niveles muy altos en solvencia y liquidez que permitirá que conforme se realicen las actividades, fluya el crédito hacia el sector”, dijo Fernando Balbuena.
La recuperación del sector de la construcción, que ocurriría a mediados o finales del próximo año, vendría impulsada de la relación comercial con Estados Unidos y se corrigen las malas señales que ha enviado el gobierno en términos de incertidumbres a inversionistas, como la cancelación de la planta cervecera Constellation Brands o la suspensión de pruebas para empresas de energías renovables, comentó el experto.
Y agregó: “México podría tomar parte de la inversión que está teniendo China, aprovechando el nuevo acuerdo comercial, y eso se traduciría en un aumento importante de la construcción, sobre todo en la edificación de las naves industriales”.