Durante el cuarto y quinto mes de mayo, debido a la Jornada de Sana Distancia del gobierno federal, en la que se detuvieron actividades consideradas no esenciales (entre ella, la construcción), se produjo una profunda caída en la producción, por única ocasión, debido al choque de oferta generado.
Por lo que provocará un rebote en la producción. Sin embargo, actualmente la industria se enfrenta a un entorno económico de débil demanda, que mantendrá un ritmo de producción en números negativos.
“En este contexto, el PIB de la construcción registró una pérdida de 118.3 mil millones de pesos reales (.19%) en el acumulado enero-junio en comparación con igual periodo del año pasado, la mayor caída del mercado desde el primer semestre de 1995”, informó la consultora.
Los resultados del segundo trimestre del 2020 (2T2020), la industria registró ocho trimestres consecutivos en recesión, con lo que este periodo de recesión se convierte no sólo en el más profundo, sino en el de mayor duración.
De acuerdo con el Indicador Adelantado de la Industria de la Construcción (INAC) de Forecastim, el último pico de actividad se ubicó en abril del 2018. Desde entonces la producción comenzó a desacelerarse, “en tanto que se desvió negativamente de su tendencia de largo plazo (debajo de las 100 unidades) en enero de 2019, previendo la recesión del sector”.
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Si no hubiera un segundo paro total de actividades que generara otro choque de oferta, se estima decrecimientos de la producción entre 10 y 15% anual en el segundo semestre del año.
“Para evitar un sexenio decepcionante, el PIB de la construcción tendrá que crecer como mínimo una tasa promedio de 6.1% anual entre 2021 y 2024, esto con el fin de alcanzar en el último año de la administración un volumen de producción de 1 billón 290 mil millones de pesos reales, el mismo valor del mercado generado en 2018”, explicó la constructora.
