Estos elementos provocan que la crisis sea más prolongada que la de 1995, aunque menor en profundidad. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que el sector tiene 31 meses consecutivos con cifras negativas.
El primer golpe llegó por la reducción de la obra civil, debido a la poca inversión en infraestructura pública. La edificación mantuvo a flote al sector, hasta que en la pandemia la producción de esta rama también se redujo, por la menor demanda de vivienda y la suspensión de actividades.
Ahora, la industria se enfrenta a un repunte en los costos de insumos, indica BBVA. “Al 4T20, los precios de los materiales superan el 5%, nivel que no se observaba desde inicios del 2019. Los precios del alquiler de la maquinaria desaceleran, pero siguen creciendo por arriba del 3%; mientras que las remuneraciones, en una trayectoria similar, siguen aumentando también más del 3%”, agrega el estudio.
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Al cierre del 2020 los materiales con mayor inflación fueron la malla de acero, productos de alambre, varilla, láminas metálicas y otros componentes derivados del acero. La institución bancaria considera que, debido a la menor manufactura de insumos para la construcción y las variaciones de tipo de cambio, el precio de los materiales continuará creciendo, por lo menos en el corto plazo, por lo que los márgenes se reducirán para las constructoras.
Además, a pesar de que el presupuesto a obra pública aumentó 9.5% en términos reales para este 2021, continúa un sesgo que centra las inversiones en Campeche, Tabasco —estas dos entidades concentran 55%—y la Ciudad de México.