"Estamos en el umbral de una nueva era en la prevención de incendios. La tecnología que estamos desarrollando hoy no sólo detectará y combatirá incendios, sino que los prevendrá antes de que ocurran", afirma Jurgen Van Goethem presidente de Edificación y Automatización en Europa y antes presidente de Fuego en Honeywell.
Esta visión del futuro no es sólo tecnológica, sino también social. La implementación exitosa de estas tecnologías tiene el potencial de reducir significativamente las muertes y pérdidas económicas por incendios, mejorando la calidad de vida en las ciudades mexicanas.
Los incendios urbanos representan un desafío crítico para México. Cada año, estos fenómenos cobran alrededor de 700 vidas, según datos del Consejo Nacional de Protección Contra Incendio (CONAPCI), con un crecimiento de 10% anual y un promedio de 95,000 casos al año.
De los que afectan a las construcciones, 55.6% ocurre en edificios y condominios, el 34.1% en comercios, y el 21.1% en casas unifamiliares.
Estas cifras no son solo estadísticas frías; representan tragedias personales, familias destrozadas y pérdidas económicas millonarias.
"Cada incendio es una oportunidad perdida de prevención", afirma Jurgen Van Goethem, quien con más de dos décadas de experiencia en el sector, ha sido testigo de la evolución tecnológica en la lucha contra los incendios urbanos.
"Hemos pasado de la simple detección a la predicción y prevención activa", señala.
Los desafíos
Pero aunque la escena de las luces encendidas en los edificios de los corredores corporativos es cada vez más común, todavía está lejos de ser la regla en todo el país.
La implementación de estas tecnologías enfrenta obstáculos significativos. "La industria de la construcción, especialmente en lo que respecta a la seguridad contra incendios, tiende a ser conservadora", señala el experto en fuego.
"La adopción de nuevas tecnologías puede llevar años debido a los rigurosos procesos de prueba y certificación".
Jurgen Van Goethem, presidente de Edificación y Automatización en Europa.
Este conservadurismo, aunque comprensible dada la importancia de la seguridad, puede resultar contraproducente. Mientras los sistemas más avanzados pasan por largos procesos de aprobación, los incendios continúan ocurriendo en edificios con protecciones obsoletas o inexistentes.
La disparidad en la implementación de estas tecnologías es otro problema crítico. Mientras que los rascacielos corporativos en el Paseo de la Reforma pueden contar con lo último en sistemas de prevención, muchos edificios residenciales en colonias populares carecen incluso de alarmas básicas contra incendios. Esta brecha tecnológica se traduce en una brecha de seguridad que afecta a los sectores más vulnerables de la sociedad.
El aspecto económico también juega un papel crucial en esta ecuación. La instalación de sistemas avanzados de prevención de incendios puede representar una inversión significativa para propietarios y desarrolladores. Sin embargo, como señala Van Goethem, "el costo de no implementar estas tecnologías puede ser mucho mayor".
Las aseguradoras reportan pérdidas por incendios que superan los 34,000 millones de pesos en los últimos cinco años, una cifra que podría reducirse drásticamente con la implementación generalizada de sistemas de prevención avanzados.