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Las oportunidades que Covid- 19 abre para reinventar las ciudades

Este evento disruptivo podría transformar de manera favorable la manera de vivir en las grandes urbes
lun 27 julio 2020 01:18 PM
Bicycle riding in the business district of Mexico City, Mexico.
La movilidad deberá transformarse para adaptarse a la nueva forma de vida tras el coronavirus.

Si bien en los últimos cinco meses las actividades han tenido diversos ajustes con la finalidad de mitigar el riesgo de contagios por SARS-CoV-2, también se han evidenciado algunas problemáticas y soluciones en torno a la movilidad urbana.

Cuando llega una sacudida de las dimensiones del coronavirus, “es momento de plantear que debemos ser más estrictos para alcanzar los Objetivos del Milenio, ya que éstos marcan la dirección en la que debe ir la humanidad”, asegura Roberto Remes, consultor en asuntos públicos en Estrategias Públicas Locales (Eploc).

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Para Remes, creador del concepto Rey Peatón, es momento de aprovechar la oportunidad para dar el salto hacia la bicicleta y hacer transformaciones en el espacio urbano. Con la finalidad de reducir el índice de contagios en el transporte público, el gobierno de la Ciudad de México implementó 18 kilómetros de ciclovías emergentes en avenida Insurgentes y 14 kilómetros en el Eje 4 Sur Xola. “Lo mismo debe ocurrir en otras ciudades del país.”

En este sentido, Víctor Márquez, urbanista y académico, argumenta que este tipo de acciones son la “antesala” del cambio. Sin embargo, no debe bajarse la guardia, dado que, estima, “este ‘primer arco’ de la pandemia —que puede durar hasta diciembre— podría sumar más de 100,000 decesos en México; mientras que para 2021 podría abrirse otro arco”.

Ambos expertos coinciden que al mismo tiempo que la emergencia sanitaria ayudó a descongestionar las vías de comunicación y privilegió el uso de la motocicleta y la bicicleta como medios de logística, abrió la brecha de desigualdad social porque si alguien arriesga la vida es la gente que debe usar el transporte público.

Visión policéntrica

En opinión de Márquez, una alternativa es pensar en polos, crear una política pública y urbana que impulse un plan policentrista. Por ejemplo, en la Ciudad de México, “debemos reducir los grandes desplazamientos de la población del oriente y el norte, y hacer que las fuentes de trabajo, así como la oferta de entretenimiento, salud, deporte, cultura, ciencia, etcétera, vayan a donde vive la gente”.

Para ello, faltan instituciones de planeación que permitan detonar un programa económico integra, reflexiona Remes.

“Hay un grado técnico en el estudio y la solución de la ciudad. Es parecido al ámbito de la salud. La planeación urbana no es una decisión que deba manejarse desde la esfera política”, refiere Márquez.

Además, un país como México no debería centrarse en el crecimiento de las grandes urbes, sino crear un plan para impulsar el desarrollo económico de 20 o 30 ciudades en paralelo.

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¿Nueva normalidad o anormalidad?

Víctor Márquez propone cuestionar el título de “nueva normalidad”, dado que esta acepción “es incorrecta, existe normalidad o anormalidad; lo que estamos viviendo es un periodo de la más profunda anormalidad y hay que aceptarla. Tal vez por primera vez en la historia de la humanidad estamos frente a un metafenómeno que afecta a la globalidad”.

De ahí que el especialista refiera que “así como todos los sistemas naturales, regresaremos a la normalidad. No sabemos cuánto tiempo durará, pero la sociedad y las ciudades intentarán regresar a lo que teníamos”.

En opinión de Márquez, para que haya transformación, tiene que haber un evento disruptivo, y Covid-19 es justamente eso. Si pensamos hacia el futuro, acota, debemos preguntarnos cómo vamos a construirlo: ¿vamos a regresar a la normalidad, seremos resilientes o nos convertiremos en sociedades antifrágiles que aprenden a alimentarse del caos para volverse más fuertes?

Cuando concluya la pandemia, vendrá un fenómeno de explosión del espacio público ‘friccionante’ (necesidad humana de socializar), “porque vamos a salir a las calles desencadenados, frenéticos, y va a ser un momento histórico y paradigmático”, concluye Márquez.

Por su parte, Remes argumenta que antes de la apertura total, hay que realizar muchos ajustes y cuestiona: ¿qué pasaría si se aprovecha más la robotización, por ejemplo, para la entrega de paquetes? Si esto significa reducir las horas laborales para que la gente dedique más tiempo a practicar las actividades que quiera, incluida disfrutar más su ciudad, sería una buena alternativa.

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