Orquestado por un grupo transdisciplinar como parte del Programa de Mejoramiento Urbano de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y en alianza con la UNAM, este nuevo espacio nace en medio del Parque Oriente Tierra Nueva, a manera de acupuntura urbana, para satisfacer el déficit de espacio público que demanda la población de esta región, que padece marginación y violencia.
De acuerdo con la Sedatu la inversión en esta obra, con más 8,500 metros cuadrados de construcción, fue de 20 millones de pesos, y busca responder “a las necesidades puntuales de la comunidad para que ésta se apropie del espacio público”, declaró el titular de la dependencia, Román Meyer, el 22 de agosto.
En entrevista con Obras, el arquitecto Francisco Elías, uno de los orquestadores del grupo coordinado por la UNAM, explicó que esta casa de estudios comisionó para los proyectos de Ciudad Juárez a la paisajista Valia Wright Sánchez, quien a su vez invitó a Eduardo Peón, director de paisaje de Elías Group, firma que se sumó al proyecto específico de Tierra Nueva para “bajar en un producto arquitectónico una necesidad de la comunidad”.
El arquitecto explicó que luego de realizar un diagnóstico supieron que había una tendencia dentro de las comunidades a usar patineta, incluso como medio de transporte, porque en Juárez el sistema de transporte público es “muy malo”. Esto inclinó la decisión para desarrollar un skatepark, dentro del Parque Oriente, que a pesar de ocupar 10,000 m2 sobrevive en “condiciones paupérrimas”.
La Duna Skatepark “es una oda al desierto de Chihuahua” y responde al contexto natural de la ciudad, que se extiende con pocos relieves, explicó Francisco Elías.
En su programa arquitectónico, el parque se extiende hacia un centro comunitario que se vuelve una terraza-mirador de 385 m2, desde donde puede observarse el skatepark, espacio que también busca ser semillero de una actividad que cobra presencia importante entre el deporte profesional. Los Juegos Olímpicos a celebrarse en Tokio han destinado una exhibición de esta práctica dentro de su programa de actividades.
El parque también cuenta con tres salones de usos múltiples, un salón de recepción y oficinas administrativas. Además es uno de los pocos que cuenta con todas las suertes y obstáculos que hasta ahora demanda los patinadores: bowl, escalera, riel, rampas. “Es un cóctel de la diversidad del skate”. Además pueden realizarse las cuatro actividades que conforman esta práctica: patineta, patines, bici y patin del diablo.
Y aunque pareciera sencillo realizar una obra que no pretende arañar el cielo con su estructura, sino catapultar a los patinadores por medio de ésta, el reto que impone no es cosa fácil.
Elías Group debió realizar diversas alianzas, incluso con un despacho de arquitectos patinadores, encabezados por Edgar Rico, quienes los asesoraron en términos de pendientes, ángulos y demás especificaciones que demanda un espacio de este tipo. Sin olvidar la coordinación con urbanistas, paisajistas, sociólogos, ingenieros, historiadores y arquitectos.