El Tren Maya promete cuidar las zonas arqueológicas cercanas a la ruta

Edzná, Palenque, Uxmal, Chichen Itzá, Tulum, Cobá, Calakmul y la Ruta Puuc serán los sitios beneficiados con el financiamiento.

“Es una oportunidad de gran magnitud para la conservación de este patrimonio y para la investigación que revelará muchísimo sobre esta civilización maya”, agregó la funcionaria.

La distribución de los recursos del Tren Maya a zonas arqueológicas

En Palenque, Chiapas, se invertirán 206 millones de pesos en la restauración y conservación de 23 monumentos. Además, se trabajará en la rehabilitación del museo del sitio y los laboratorios en donde se realiza investigación de la cultura de la zona.

A Edzná, ubicada en Campeche, se destinarán 80 millones de pesos, que serán usados para restaurar edificios y plazas, además del centro de interpretación de estelas y la regularización de predios.

En Cobá, zona arqueológica de Quintana Roo, se requerirán 37 millones de pesos para el mantenimiento y pintura, mismas acciones que se realizarán en Calakmul, en Campeche, por 80 millones de pesos.

En Chichen Itzá, en la península de Yucatán, se invertirán 265 millones de pesos, para construir un museo del sitio, así como reordenamiento de accesos y el mantenimiento a 23 edificios.

Tulum, uno de los destinos más populares de Quintana Roo en los últimos años, recibirá 65 millones de pesos. El plan es trabajar en la conservación de 22 edificios, reordenar el comercio y los accesos.

El Tren Maya y el medioambiente

El impacto que tendrá el Tren Maya en su entorno es uno de los elementos más controversiales y preocupantes del proyecto. Al desarrollarse en una de las zonas con más riqueza natural, preocupa que para su construcción haya deforestación y daño al suelo, mientras que en su operación se puede ver perjudicada la zona por la vibración y el desplazamiento de la fauna.

El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha respondido a los cuestionamientos con la colaboración con ONU-Hábitat —el programa de Naciones Unidas que promueve comunidades ecológicamente sustentables—, y estrategias de protección.

Las instituciones argumentan que en la zona ya había tala de árboles por la instalación de potreros, por lo que ven al Tren Maya como una oportunidad para regular y proteger la zona.

Algunas de las soluciones son la creación de pasos de fauna silvestres, la creación del programa GATO, que consiste en la liberación de jaguares y su monitoreo.