La Línea 12 del Metro no debe abrir en ninguno de sus tramos hasta que el viaducto elevado haya sido reparado, recomendó el Colegio de Ingenieros después de haber hecho una evaluación visual de toda la ruta.
En la revisión del túnel se encontraron deficiencias que han sido señaladas durante los nueve años que tiene operando, referentes a las vías, y que fueron descartadas durante la entrega preliminar del peritaje realizado por la empresa noruega DNV.
Cuando en 2014 cerró la Línea 12 por deficiencias encontradas, las alarmas giraron alrededor del material rodante. La empresa Systra identificó que los componentes de las vías sí estaban conformes con las normas internacionales (a excepción del balasto, capa de grava que sujeta las vías), sin embargo, destacó que se encontraban en los límites de tolerancia permitidas.
Mencionó que se encontraron rupturas en componentes a causa del desgaste ondulatorio dado entre los trenes y el acero, problema que estuvo presente en la ruta desde antes de su inauguración. Joel Francisco Bojórquez, director del STC fue parte de las pruebas de los vagones realizadas en agosto del 2012, y dijo que se sentían bamboleos en los trenes. También se señaló que las soldaduras presentaban deterioro.
En el nuevo análisis se confirmó que continúan los problemas en las vías del túnel. El Instituto Mexicano de Transporte (IMT) realizó un estudio de esta estructura en el tramo subterráneo de la Línea 12, en el que se encontró que hay “diversos y graves problemas que han afectado las vías y por consiguiente el adecuado funcionamiento de los trenes del metro, generando problemas de operación del metro y gastos excesivos de mantenimiento”.
Por lo que el Colegio de Ingenieros recomienda que se realice un proyecto ejecutivo para determinar tramos en los que se debe cambiar la estructura de la vía.
El Gobierno de la Ciudad de México recurrió al Colegio de Ingenieros para revisar la también conocida línea dorada, para determinar si es posible reanudar la operación en la parte subterránea.
En la inspección, conformada por 37 brigadas, se encontraron dos tipos de daños clasificados en grupos ‘C’ y ‘B’; los primeros corresponden a deficiencias ligeras que sólo requieren mantenimiento rutinario para remediarse, mientras que las segundas no son de riesgo alto, pero sí deben ser analizadas con mayor detalle.
Del primer tipo de afectaciones se identificó 68% del tramo, y el 32% restante fue del segundo tipo de fallas.
El análisis del organismo señaló problemas en las trabes, soldaduras y estructura de acero, coincidiendo en algunos aspectos con los resultados preliminares del peritaje entregado por la empresa noruega DNV.
El Colegio de Arquitectos también emitió recomendaciones sobre las partes de la Línea 12 que requieren ser atendidas de forma prioritaria.
Las más importante son la revisión de la separación entre el puente vehicular del Periférico y las columnas del viaducto elevado del Metro, así como la reparación de las fisuras en las columnas y en las tabletas presforzadas (con esfuerzos permanentes), ya que se identificaron filtraciones.
La reparación de los cabezales dañados, provocados por los topes sísmicos (mecanismo que impide que las estructuras se desplacen en casos de movimiento) e inspección en un refuerzo que se realizó en el tramo cercano a la estación Nopalera.
Además de la parte elevada de la Línea 12, el organismo revisó, a través de un análisis geotécnico-estructural y recopilación de información, el túnel que mide 8.5 kilómetros en el que se encuentran las estaciones de Mixcoac a Atlalilco. También se realizaron recorridos para mapear anomalías.
Las brigadas de personas expertas identificaron tramos de túnel que presentan filtraciones, goteos y escurrimientos de agua, como en las dovelas (estructura que forma el arco del túnel),
“Con base en los informes previos y con el apoyo de los recorridos de inspección visual, se determinaron algunas zonas críticas”, dictaminó el Colegio de Arquitectos, por lo que diseñó una campaña de instrumentación y medición.
Su conclusión fue que el túnel no presenta daños estructurales ni deformaciones que pongan en riesgo su estabilidad, ya que los principales problemas que presenta son filtraciones en tramos que ya se identificaron, por lo que con un adecuado tratamiento y un sistema de captación y conducción de agua se puede resolver. Por lo tanto, podría ser reabierto en un corto plazo.
“No obstante,se acordó que por cuestiones operativas y de mantenimiento intensivo que requieren las vías y los trenes de la la Línea 12, lo cual identificó que dicho mantenimiento se tiene que llevar a cabo en los talleres de Tláhuac para cumplir con los niveles de calidad requeridos para dar seguridad a la operación; por lo anterior, el tramo en túnel, no es posible reabrirlo hasta que se repare el tramo colapsado”, concedió el grupo.
