Incluso, hay asentamientos desconocidos en la Guía Roji, como La Joya o mejor conocido como El Hoyo, llamado así por estar sobre una cavidad de una ex mina de piedra volcánica.
Este asentamiento, uno de los más violentos e impenetrables por la misma policía, nació hace 51 años. En ese sentido, apenas en agosto, Evalúa informaba que los asentamientos en Iztapalapa habían aumentado el 50 por ciento. Obras quiso obtener datos precisos, pero María de la Luz Avilés Chávez, directora de Comunicación Social no respondió la petición.
El asentamiento irregular y su problemática
Pero, ¿qué implica un asentamiento irregular? “En el contexto latinoamericano es una problemática social grave por el déficit de vivienda en las grandes ciudades, dado que no se tienen los recursos para pagar renta y se deben buscar opciones hacia partes externas de las ciudades”, continúa explicando Escamilla Herrera.
A decir de la investigadora, varios migrantes de la misma ciudad y otros de la República empiezan a generar sus espacios con cuatro estacas, pedazos de madera, cartón, lámina, para empezar a formar un polígono que les permita identificar su espacio.
“Para comenzar ésa es una problemática. Son peligrosos, porque mientras hay algunos que no tienen problemas por asentarse en una zona plana, otros lo hacen en áreas ecológicas o lugares donde hay deslaves y ahí implica estar asentados en zona de riesgo. El peligro está latente porque al estar construidos con materiales poco consolidados pueden quedar sepultados ante el desgajamiento de un cerro o movimiento telúrico. Ahí se dan pérdidas humanas y materiales”.
¿Un aula sostenible? Una utopía hecha realidad en Venezuela
La profesora agrega que aunque la normatividad de las Políticas Públicas que ,aparentemente, deben dar respuesta a la demanda de las sociedades, se ha ido perfeccionando, sigue sin asumir su rol frente a este fenómeno.
“En la Ciudad de México empezaron los planes de desarrollo urbano de las distintas ciudades y los de ordenamiento ecológico que se han ocupado de que exista la normatividad. A veces ésta se sobre regula y lo que dice la Secretaría de Desarrollo Urbano no es compatible con la del Medio Ambiente y ahí se pierden en aterrizar las Política Públicas”.
Irma Escamilla añade que existen planes, programas y la propia Ley General de Asentamientos Humanos pero que, en la aplicación, no hay quien tome las riendas. “Ahí tenemos cuando en el 2000 empieza la instalación del Bando dos con AMLO, un proyecto de vivienda de interés social que pretendía utilizar los espacios desocupados. Finalmente fueron para una clase media y media alta. Por consiguiente, cierta población quedó desprotegida por no tener acceso a créditos. Sigue la problemática: se abastece a un sector de la sociedad y los más desprotegidos se siguen yendo a esos espacios”.