¿Por qué se hunde la CDMX? Así transforma el fenómeno a la capital
El hundimiento irregular ha provocado que se deban reforzar grandes construcciones ya que las estructuras pueden dañarse y poner en riesgo la estabilidad del edificio.
La Ciudad de México fue construida sobre terreno lacustre, de eso no hay duda. Las primeras civilizaciones sobre el terreno en el que hoy se encuentra la capital del país, construyeron las bases de la vida actual sobre agua.
De esta parte de la historia de la zona hay recordatorios que se pueden ver en algunas fachadas del Centro Histórico y en los grandes edificios en los que se tiene que innovar para poder mantenerlos estables en un terreno que año con año hace que la capital del país se hunda.
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Causas del hundimiento de la CDMX
El hundimiento del Área Metropolitana del Valle de México se ha dado por la combinación de dos factores: el natural, correspondiente al movimiento de los suelos blandos, además de la extracción de líquido.
“Nace de la necesidad de abastecer a una gran cantidad de personas. A partir de 1876 se empezó a extraer agua por falta de suministro y se saca del subsuelo, de las aguas subterráneas, lo que genera que parte de la superficie de este suelo arcilloso se vaya hundiendo”, comenta Carolina Maciel Gutiérrez, arquitecta de FundarqMx (Fomento Universal para la Difusión Arquitectónica de México A.C.)
Para intentar no agravar la situación, se comenzó a obtener agua de Xochimilco y Chalco, además de integrarse pozos, sin embargo, el hundimiento continúa.
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CDMX se hunde 50 cm al año
El hundimiento de la CDMX comenzó con de cinco a 10 centímetros por año, pero conforme avanzó el crecimiento de la población, la cifra aumentó de 30 a 35 centímetros y actualmente está en 50 centímetros, “esto se puede acelerar. Ya estamos en los 40 y 60 centímetros y va a seguir por muchos años más”
Las zonas más afectadas
El Centro Histórico de la capital del país es el más afectado, debido a que las construcciones son más antiguas, monumentales y a la cantidad de suelo arcilloso debajo, sin embargo, las afectaciones se alejan cada vez más. Pablo Nochebuena, coordinador general de FundarqMx, dijo que la colonia Juárez, Roma y Santa María la Ribera.
“Ya se está afectando patrimonio no sólo de la época del virreinato, sino también de finales del siglo XIX y un poco a principios del siglo XX”, agrega el arquitecto.
El hundimiento de la superficie no es regular, por lo que las construcciones pueden ser afectadas con fracturas o debilitamiento de la estructura al tener más cargado el peso en ciertos puntos.
Para que las construcciones continúen estables, en las zonas más afectadas como el centro de la ciudad, las construcciones integran pilotes en la cimentación, mientras que antes se hacían desde la superficie. De esta manera, se llega a un terreno más sólido que causa que el edificio no se hunda a la par de la superficie.
“Por ejemplo, en la Catedral Metropolitana en el sótano hay un área en donde se observa el trabajo de pilotes que se han instalado y que ha sido un trabajo de años, ya que es más complicado trabajar con algo que ya existe. Este es un ejemplo de un gran esfuerzo que se realiza con el fin de que las construcciones no se dañen con el hundimiento”, dice Pablo Nochebuena, coordinador general de FundarqMx.
El especialista agrega que el objetivo no es solamente que no se hunda, sino que el edificio esté nivelado y en caso de que llegue hacerlo, se haga parejo.