¿Cómo resguardar el patrimonio artístico de México? Esta fue la pregunta que se planteó la Secretaría de Cultura al decidir eficientar el sistema de resguardo de obras del país. La respuesta mide 27,000 metros cuadrados y se encuentra en la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec: la Bodega Nacional.
Bodega Nacional, el nuevo fuerte de los tesoros artísticos del país
El nuevo espacio, al que se trasladará el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) con todas sus obras y talleres, forma parte de la iniciativa Naturaleza y Cultura que ha transformado el parque.
La propuesta, aún en construcción, permitirá ampliar la capacidad de almacenamiento del organismo y mejorar los procesos de resguardo de las obras.
Aunque es uno de los proyectos menos conocidos en la renovación del bosque, no es un esfuerzo menor.
Definido por Alejandra Frausto como "una ciudad dedicada a la conservación artística, al patrimonio artístico de México", el lugar se compone de 12 edificios donde se resguardará más del 60% de las 68,890 obras del acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).
Se proyecta que este número aumente al menos un 1% anual, con la meta de alcanzar su capacidad total en 50 años.
Las construcciones funcionan como gigantes dignos del encargo de resguardar grandes tesoros.
Por fuera son de concreto, piedra y cristal, con apariencia fría e impenetrable; por dentro están equipados con sistemas que los ayudan a cuidar delicadamente, incluso del viento e insectos, piezas que van desde esculturas del Museo Nacional hasta las pinturas que usaba el reconocido Dr. Atl.
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Para ello, la Bodega Nacional combinará tecnología de punta, espacios especializados y seguridad hermética.
Uno de los métodos más llamativos para lograrlo son los túneles de cristal, conectores que forman parte de la estructura del edificio y que permitirán transportar las obras de un edificio a otro sin que salgan al exterior en ningún momento.
De esta manera, cuando las piezas desembarquen en los inmuebles, no podrán estar en contacto con nadie ni con nada más que con el personal y espacios controlados de la bodega.
Además, personal de la Guardia Nacional está siendo especialmente capacitado en la protección de obras de arte para vigilar de manera constante el perímetro y los accesos.
En su interior, el cuidado también es al detalle. "Tenemos detectores y sensores de movimiento que son básicos, hay muchas áreas con cristal que tienen filtros UV, todo pensado en la protección y conservación del acervo", detalla Ernesto Martínez, director del Cencropam.
"Cada una de las bóvedas —el edificio principal alberga 11, por ejemplo— tiene un sistema de aire acondicionado individual, entonces se podrá regular a partir del tipo de obra del que se trate; no es lo mismo resguardar arte popular que obra en papel", agrega el funcionario.
En este inmueble, denominado Bodega A, también se encontrará el cerebro del sistema de seguridad temprana. "Lo que hace es medir el nivel de ciertos gases que hay en cada una de las bóvedas; cuando ese nivel se rebasa, hay un mecanismo de reacción que tiene que ver con otros gases que hacen que se vuelva al nivel normal", explica Marina Núñez Bespalova, subsecretaria de Desarrollo Cultural.
La Bodega Nacional no solo mejora el resguardo físico de las obras, también moderniza su gestión.
Se está implementando un sistema de registro mejorado que permitirá una ubicación topográfica precisa de cada pieza. Martínez explica: "Tendremos en nuestro registro la ubicación topográfica de cada una de las piezas", lo que facilitará enormemente el acceso y préstamo de obras para exhibiciones nacionales e internacionales.
Además, reducirá los costos de seguros. El experto dice que por cada movimiento que se realiza de cada obra, aumenta el precio de tenerla asegurada, pero con la nueva bodega eso cambiará.
"Cuando una pieza del MUNAL se va al extranjero, sí o sí, sale del lugar, entra al Cencropam, ahí la revisamos, la dictaminamos, si es necesario hacer alguna intervención, ahí se hace, y se prepara la caja de embalaje y se va", detalla Martínez. De regreso también pasa por el Cencropam, se revisa y después se traslada al recinto.
Con la nueva infraestructura estos procesos serán más eficientes y seguros, ya que la obra saldrá de la bodega directo al traslado internacional y de vuelta será lo mismo.
Otro de los aspectos innovadores de la Bodega Nacional es su enfoque en la transparencia y la educación pública.
Un edificio entero estará abierto al público, ofreciendo exposiciones, una biblioteca especializada, una mediateca y la oportunidad única de observar a los especialistas trabajando en tiempo real.
"La idea es que se vea cómo está trabajando la gente aunque no puedas entrar a los distintos talleres", dice Marina Núñez.
El proceso de traslado de las obras a la nueva sede se realizará de manera meticulosa y gradual. Se iniciará con las 25,000 piezas actualmente resguardadas en el Cencropam, seguidas por las colecciones del Museo Nacional de Arte (MUNAL) y el Museo Nacional de la Estampa (MUNAE).
La inauguración del espacio público se realizará con una exposición dedicada a Roberto Montenegro, un homenaje al artista cuya colección fue fundamental para el inicio del acervo del Cencropam.
En ella, habrá un mural atribuido a él, rescatado del Hotel El Prado, que se restaurará en tiempo real. La labor podrá ser vista por los visitantes. "No ha habido una exposición en donde parte de la exposición sea una restauración", dice Alejandra Frausto.