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Para el primer caso se plantea un incremento de 15% en el espacio de oficinas por empleado; “la variación de la demanda general de oficinas oscilaría, en función de la intensidad de penetración del teletrabajo, entre un -3,70% a un +4,25%”, dice la compañía en un comunicado.
En la segunda opción planteada,con un aumento en la tendencia del home office, se menciona la alternativa de que los precios de alquiler bajen para compensar la demanda de los lugares.
“El factor clave a corto y medio plazo es considerar la demanda de oficinas en este contexto de ‘nueva normalidad’ respecto a la situación pre pandémica. En otras palabras, cualquier aumento en el teletrabajo como resultado de la crisis de la COVID-19 refleja una escalada de la dinámica cambiante del trabajo remoto en relación con lo que hubiera pasado de todos modos: una reducción del espacio de oficinas por trabajador de entre un 1,5% y 2% por año”, comunica CBRE.