La primera de ellas, se concentra en dar espacio a “lo vivo”, es decir, las plantas se llevarán el papel central en la decoración y el resto de colores y materiales se centrarán en ellas. “Observamos una tendencia que se basa en el regreso al origen, predominando los entornos neutros. Los materiales naturales, reciclables y orgánicos, como el yeso ladrillo, la madera muy natural, la piedra, la luz del día y la vida vegetal, son los favoritos de esta temporada, pues nos recuerdan el exterior, tan añorado en esta época”, dice la compañía en un comunicado.
Esta relevancia del lo natural no sólo será de modo decorativo. También se buscará buscar opciones ecológicas que impacten de la menor manera posible en el medio ambiente.
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Otra de las tendencias que tendrá lugar el próximo año es la mezcla de texturas. En una misma habitación se podrán ver revestimientos de madera en las paredes, en contraste con suelos lisos como contraste.
“Veremos una muy marcada tendencia a incorporar materiales suaves, naturales y táctiles a los espacios y combinarlos con tonalidades neutros, cálidos, y algunos golpes de color en paletas áridas y terrosas, que se se acompañarán de texturas maderadas en las que podamos apreciar la naturalidad del material, en tonalidades medias como el roble o el hickory”.