En donde antes se amontonaban pequeñas casas con techo de lámina y los niños caminaban por pequeños callejones, esquivando tiraderos de basura y baches en el concreto, ahora el ruido ensordecedor de máquinas de construcción y una promesa de una mejor vida para 170 familias tomaron su lugar.
La “ciudad perdida” , en Tacubaya en la Ciudad de México, fue uno de los asentamientos irregulares más reacios a cambiar. Mientras el entorno se desarrollaba y se construían grandes edificios de departamentos, la población del lugar se multiplicaba y la calidad de vida empeoraba. Por lo que se convirtió en foco de atención de los gobiernos que han administrado a la ciudad del país, pero nada cambió durante 100 años.