¿Cuáles fueron las empresas que decidieron quedarse con cientos de metros cuadrados y que “amortiguaron” la caída del sector? La consultora Datoz dice que fueron las tecnológicas.
31.2% del área total rentable en la capital jalisciense, perteneció a las empresa de software Wizeline, a HCL, empresa de tecnologías de la información y a Arrow, de componentes electrónicos.
Sus oficinas se ubican en los principales corredores corporativos de la ciudad: López Mateos Sur, Zona Financiera y Puerta de Hierro, y cuentan con 4,000, 1,200 y 2,700 metros cuadrados respectivamente.
Wizeline, empresa con sede en San Francisco, tiene presencia en Guadalajara desde 2016. Inició con un espacio para 50 empleados y un año después decidió abrir una segunda oficina para albergar a 200 trabajadores. Dos años después festejó una nueva apertura en Distrito La Perla y reafirmó su idea de que la ciudad tapatía podía convertirse en el nuevo Silicon Valley.
“México se tiene que enfocar en un lugar para que se haga un centro de innovación en tecnología comparable a Tel Aviv (Israel), a Bangalore (India), para que la gente cuando piense ‘vamos a invertir en un centro fuera de Silicon Valley’, Guadalajara esté en la lista de los tres mejores lugares”, dijo Bismarck Lepe, Ceo de la compañía, en entrevista a Milenio.
HCL también cuenta con operaciones sólidas en el sitio que le han permitido tener estabilidad para continuar con oficinas en Jalisco. La compañía de origen indio, inauguró en el 2016 su Centro Global de Operaciones en la entidad, lugar estratégico para proveer soluciones nearshore a todo el mundo y acercarse al mercado latinoamericano.