La pandemia empuja el inicio de la revolución del coworking
En un año en el que se espera comience la reactivación económica, los espacios de trabajo compartido ven una oportunidad para acelerar su crecimiento al atraer clientes corporativos.
La pandemia le dará un impulso a la industria del coworking . Mientras que los grandes corporativos pierden contratos de arrendamiento por el trabajo en casa, las plataformas de espacio compartido vislumbran potenciales clientes.
El motivo: muchas de las organizaciones adoptarán modelos híbridos, tanto de horarios, como de áreas para que los colaboradores desempeñen sus funciones.
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México es un mercado atractivo para las plataformas de espacios compartidos. Hasta mediados del año pasado la consultora CBRE estimó que existían más de 300,000 ubicaciones de espacios de coworking y trabajo flexible a nivel nacional.
En estos lugares los profesionistas encuentran todos los servicios de una oficina tradicional pero en un ambiente más informal y cómodo, además de la posibilidad de hacer networking, mientras que a sus empleadores les permite tener contratos por el tiempo que deseen y reducir costos, sobre todo en una época en la que su contabilidad no se ha recuperado del todo por la crisis sanitaria.
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El valor de mercado global de los espacios de trabajo compartidos y flexibles se estima en 26,000 millones de dólares y la cifra puede duplicarse en un periodo no mayor a cinco años, revelan cifras de Instant Group.
Natalia Lozano Espenet, senior managing director de Newmark, opina que el coworking está comenzando a apuntalar su expansión de diferentes maneras y las expectativas hacia adelante para este sector son alentadoras.
“Estas plataformas están rentando o subarrendando oficinas 100% acondicionadas, incluso plantas de oficinas independientes para luego rentarlas a las empresas que buscan los servicios de coworking. Esta tendencia no solo llegó para quedarse, también experimentará un importante crecimiento”, dice la especialista.
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El ascenso después de la crisis
En los últimos años, WeWork atravesó por una complicada situación financiera que puso en riesgo su hegemonía como el rey de los espacios compartidos.
El modelo de la empresa fundada en 2010 en conjunto por el matrimonio Neumann (Rebekah y Adam) y su socio Miguel McKelvey llamó pronto la atención de los desarrolladores inmobiliarios a nivel mundial.
La clave del éxito que catapultó a la plataforma propiedad de The We Company fue que no solo ofrecía espacios para diversas industrias, sino que creó una comunidad global de coworkers.
Sin embargo, los problemas para la empresa comenzaron en 2019 cuando alistaba su Oferta Pública Inicial (OPI). Documentos que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) hizo públicos mostraron que de enero a junio de ese año el valor de mercado de WeWork se redujo de 47,000 millones de dólares a 12,000 millones.
Álvaro Villar, gerente general de WeWork North Latam, reconoce que aprendieron importantes lecciones a raíz de la crisis por la que atravesaron y hoy, con una nueva mirada, buscan liderar la revolución del coworking en México y el mundo derivada del Gran Confinamiento.
“Vemos una gran oportunidad en todo lo que está pasando, es un momento de muchos cambios que tal vez no se habían visto antes como procurar el bienestar del empleado y nosotros estamos en una etapa de consolidación y tenemos un objetivo claro para este año: conseguir la rentabilidad de la compañía”, comenta de manera optimista.
Álvaro Villar, gerente general de WeWork North Latam
En la nueva normalidad el esquema tradicional de oficina quedará en un segundo plano para algunas industrias. Tan es así que alrededor del 86% de las empresas ya contempla utilizar el espacio de trabajo flexible como parte de su estrategia inmobiliarias en el futuro, según un informe de CBRE basado en respuestas de 80 empresas de todo el mundo.
Aun con todos los pronósticos a favor, Natalia Lozano Espenet asegura que la industria se enfrenta a tres importantes retos: mantener el valor del precio, ser competitiva en el mercado y que el negocio no deje de ser rentable.
“El coworking siempre ha sido aceptado por las empresas gracias a la facilidad que tienen a la hora de negociar y prácticamente la entrega de espacios acondicionados a la medida del cliente. Pero ahora el tema será ver qué tan flexibles van a llegar a ser cuando experimenten una sobredemanda y deban mantener su modelo de negocio”, agrega la especialista en coworking de Newmark.
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A esto se suma el protocolo sanitario al que están obligados a cumplir los espacios para garantizar la protección de sus inquilinos. Para ello tendrán que cambiar filtros de aire y tener recirculación del mismo con base en certificaciones de calidad, realizar en determinados horarios la sanitización de las estaciones de trabajo, que tendrán una distancia de 1.5 metros, y el uso del cubrebocas será obligatorio.
Al ser espacios cerrados en la mayoría de los casos existe el temor de que se conviertan en focos de contagio, sin embargo, Álvaro Villar es contundente al explicar que durante toda la pandemia no han cerrado sus instalaciones, ya que ofrecen servicio a industrias esenciales para la economía, de ahí la importancia de cumplir con las medidas sanitarias.
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Con la finalidad de dar garantía a sus miembros WeWork se apoyó de un consultor externo para certificar que las adecuaciones que realizaron cumplen con todos los lineamientos.
El gerente general de WeWork North Latam asegura que la empresa está bien posicionada en el mercado y de cara a esta nueva realidad los ganadores serán quienes logren adaptarse al modelo de trabajo flexible.
“Estoy convencido de que saldremos fortalecidos de esta crisis. Es un cambio que ya se estaba tardando en llegar y la pandemia lo aceleró. Como empresa e industria estamos sólidos y bien posicionados para lo que se viene, que es un alza en la demanda de espacios de trabajo compartido y eso nos va a ayudar a impulsar los planes que tenemos para el futuro”.