Fue así, cómo surgió Casai, una startup cuya promesa es ser una mezcla entre la experiencia hotelera y la del alquiler de una vivienda.
La empresa alquila inmuebles de propietarios particulares o de empresas desarrolladoras, y los pone a la renta para estancias de corto y mediano plazo. Pero antes, se asegura de incluir tecnología en los espacios y procesos de recepción, además de decorar el apartamento para mejorar la experiencia.
“Hay un equipo que están 24-7 atendiendo las necesidades de los huéspedes, ya sea de recomendaciones locales, hasta por si hay algún problema de que no salió agua caliente, por ejemplo. El punto es tener esta combinación de los dos mundos y agregarle un tercer componente que para nosotros es muy importante que es la tecnología”, dice Maricarmen Herrerías, COO y co fundadora del negocio.
El concepto ha sido bien recibido en México. La empresa inició en 2019 como un emprendimiento con 5 millones de dólares de capital semilla. El año pasado, durante la pandemia de coronavirus, cerraron una ronda de inversión Serie A de 50 millones de dólares.
Actualmente, Casai cuenta con 200 propiedades en México, la mayoría concentradas en la capital del país, y con 70 en Brasil, en donde están expandiendo sus operaciones. Además, su ocupación pasó de 50% al 90%, indica Nico Barawid, CEO y co fundador de la empresa.
La pandemia influyó en varios sentidos en el negocio: al tener tarifas más accesibles a los hoteles de lujo, se volvieron una alternativa para viajes de negocios en los que las empresas entablaron planes de austeridad, la convivencia es con un menor número de personas, por lo que se pierde la sensación de riesgo de contagio por el coronavirus y la facilidad de hacer las gestiones de manera digital.