El acceso a la vivienda en el país es cada vez más complejo para los mexicanos por el aumento de precio de los inmuebles y un salario que no crece al mismo ritmo. Por lo que la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) creó una estrategia, que propone adoptar a la siguiente administración federal, en la que incluye nuevas formas de financiamiento, fideicomisos y mejora en el desarrollo urbano.
La estrategia que propone la CMIC para resolver la crisis de vivienda en México
El plan incluye la creación de un fideicomiso de inversión en bienes raíces y subsidios directos a las viviendas.
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“Es crucial que trabajemos juntos para ofrecer vivienda digna, segura, accesible y sostenible, especialmente a los sectores más vulnerables”, dijo Luis Méndez Jaled, presidente del organismo.
Entre las propuestas de la CMIC, se destaca la necesidad de una política estatal con certidumbre jurídica que fomente la construcción de más viviendas formales. “Hagamos lo que tengamos que hacer para construir más viviendas formales que informales, en beneficio de la población más vulnerable”, dijo.
Otro punto clave es la propuesta de un gran Acuerdo Nacional para el desarrollo de vivienda dirigido a familias de bajos ingresos y nuevas generaciones basado en diversificar y fortalecer el financiamiento para la vivienda, por lo que la Cámara sugiere la creación de un Fideicomiso de Inversión en Bienes Raíces para Vivienda Incluyente de los Trabajadores (FIBRAVIT).
En cuanto a la ampliación de la oferta, se sugirió implementar subsidios directos y transparentes, focalizados en la población con ingresos de hasta tres salarios mínimos. “Estos subsidios bien asignados cuestan una décima parte de lo que, a valor presente, cuesta el subsidio a las tasas de interés de los créditos de INFONAVIT que reciben trabajadores con ingresos de cino, seis o siete salarios mínimos”, explicó Méndez Jaled.
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La planeación urbana es otro aspecto fundamental. Méndez Jaled insistió en la necesidad de un enfoque integral de ordenamiento territorial y desarrollo urbano, con una estricta aplicación de los planes de ordenamiento. Propuso la creación de un órgano colegiado de planeación de infraestructura con una visión a largo plazo, para garantizar un desarrollo urbano sostenible y coordinado.
Además, la CMIC hizo un llamado a reducir los costos de la vivienda mediante una regulación que fomente el desarrollo del mercado habitacional legal, simplificando trámites y adoptando tecnologías avanzadas. También se destacó la importancia de generar reservas de suelo apto para un desarrollo urbano ordenado y sostenible, promoviendo una estrategia interinstitucional.
En términos de financiamiento, se sugirió aumentar los presupuestos de los tres niveles de gobierno para la vivienda social, promoviendo esquemas innovadores y transparentes de inversión y colaboración con el sector privado. “Los gobiernos son responsables de dotar a las ciudades de la infraestructura y servicios urbanos necesarios, bajo un modelo de urbanismo sostenible”, señaló.
El diagnóstico presentado por la CMIC revela que de un parque habitacional de 38 millones de viviendas en 2024, 73% son informales, con un rezago habitacional de 9.6 millones de viviendas.
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