Octavio García, representante del Infonavit, explicó: “La tasa cero permitirá que quienes perciben menos de dos salarios mínimos accedan a vivienda sin la presión de intereses financieros, una de las barreras más comunes en este sector”.
La Financiera para el Bienestar será responsable de dispersar los apoyos y gestionar los pagos, reinvirtiendo estos recursos en nuevas viviendas para asegurar la sostenibilidad del programa.
Avances y metas para 2025
El programa ya tiene en desarrollo 62 predios que suman 334 hectáreas, con capacidad para construir 55,000 viviendas.
Además, se prevé asignar 58 predios adicionales, lo que permitirá la construcción de 206,000 acciones de vivienda en total.
El diseño arquitectónico de los conjuntos habitacionales estará a cargo de estudiantes y profesores del Tecnológico Nacional de México, quienes ya trabajan en 92 proyectos para 10 estados del país.
“Esto lo estamos trabajando a través de organismos ejecutores de obra que son empresas que ya venían trabajando en Conavi y se vienen registrando para colaborar en el proyecto y con equipos técnicos que están desarrollando los trabajos ejecutivos”, dijo el titular de la Conavi.
El 9 de diciembre de 2024 inició la evaluación y selección de 60 proyectos arquitectónicos correspondientes a los primeros 23 conjuntos habitacionales, que se construirán en 10 estados: Baja California Sur, Campeche, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.
Estas primeras etapas representarán un total de 18,000 viviendas, marcando el inicio de los proyectos ejecutivos en múltiples regiones del país.
Retos financieros y logísticos
El programa enfrenta retos significativos en términos de financiamiento, logística y costos de suelo. Según Leonardo González Tejeda, experto en bienes raíces, “los 605,000 millones de pesos destinados al programa requieren una administración rigurosa para evitar desvíos y asegurar su ejecución”.
La adquisición y habilitación de terrenos también representan un desafío. Es esperable que el precio de los terrenos aumente por la alta demanda y las características específicas requeridas para este proyecto”, comentó René Flores, analista de Moody’s Local México.
Esto podría complicar la adquisición de terrenos adicionales necesarios para cumplir las metas del programa.
Por otro lado, Gene Towle, de Softec, advirtió sobre las dificultades operativas de coordinar múltiples proyectos dispersos en el país. “Habilitar el suelo y obtener autorizaciones puede tomar entre 24 y 48 meses, lo que puede retrasar significativamente el programa”, explicó.
El éxito del programa dependerá de su capacidad para superar los retos logísticos y financieros, así como de su implementación transparente y eficiente. Con estas bases, el proyecto podría establecer un nuevo estándar en la política de vivienda del país.