Aunque el mercado mantiene fundamentos sólidos, comenzó a mostrar signos de desaceleración. La construcción de nuevos espacios se redujo y la velocidad con la que se absorben también disminuyó.
El enfriamiento se percibe en la toma de decisiones de los inversionistas y en la cautela de las empresas interesadas en instalar operaciones en México, especialmente en manufactura ligera.
“El mercado sí vio una desaceleración en la demanda de espacio en el último trimestre del año pasado y principios de este año también”, dijo Javier Llaca, director de Operaciones y Adquisiciones Fibra Mty.
“Empresas nuevas que quieren establecerse en México están un poquito en espera.
Javier Llaca, director de Operaciones y Adquisiciones Fibra Mty.
El sector más afectado por esta desaceleración es el de manufactura ligera, que históricamente es uno de los pilares del mercado inmobiliario industrial.
Ellos (los desarrolladores) son los que están siendo más afectados por la incertidumbre, principalmente relacionada a posibles tarifas.
Ernst Anton Mortenkotter Terrazas, jefe de Activos Reales e Investigador de Acciones de Grupo Bursátil Mexicano (GBM).
El nuevo ritmo del mercado
A pesar del descenso, la menor absorción de espacios industriales no se traduce en una crisis. Los niveles de desocupación en Bajío, Valle de México y Monterrey —los tres principales mercados de México— cerraron en 2024 en 3.7%, aún dentro de un rango considerado más que saludable.
Sin embargo, se alejaron de los registros por debajo de 2% observados en años anteriores, cifra que era insostenible, considera Ernst Anton Mortenkotter Terrazas, jefe de Activos Reales e Investigador de Acciones de Grupo Bursátil Mexicano (GBM),
Para Javier Llaca, esta es una señal de estabilización pues se vive a una transición hacia un mercado más consolidado y maduro, con una proporción proyectada a una oferta más alineada a la demanda real.
La pausa en el ritmo de crecimiento impacta sobre todo al segmento desarrollador, pues hoy hay más cautela en las operaciones.
“Si antes creías que en seis meses ibas a tener rentada tu nave industrial, hoy ya está tomando un poquito más de tiempo”, explicó el analista de GBM.
La incertidumbre generada por el contexto político, particularmente las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, provoca que las decisiones se posterguen.
Además, deriva en que si bien la relocalización de empresas no desaparece, sí se reconfigura. Hoy el crecimiento viene de las compañías que ya están en el país, muchas de ellas estadounidenses.
Aunque las empresas chinas redujeron su ritmo de instalación en México, se espera que la revisión del T-MEC, las nuevas políticas de infraestructura y un entorno más estable puedan reactivar el interés de nuevos jugadores a partir de la segunda mitad de 2025.
“El nearshoring no empezó en 2022, empezó desde el Tratado de Libre Comercio del 94 (...) "La demanda eventualmente repuntará si todo sale como esperamos con el T-MEC”, consedera Llaca.