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Flexibilización en el financiamiento para la vivienda, el pendiente de la banca

Uno de los retos para aumentar la producción y acceso a la vivienda es la apertura de las instituciones crediticias.
lun 08 septiembre 2025 05:50 AM
Millones de mexicanos se quedan sin hipoteca para comprar casa y las desarrolladoras tampoco tienen recursos
Desarrolladoras piden flexibilidad en los fiananciamientos para poder producir más vivienda.

El déficit de vivienda en México tiene múltiples retos que atender y uno de ellos es el financiamiento, factor crucial tanto para aumentar la construcción de unidades, como para la adquisición.

Mientras las desarrolladoras enfrentan condiciones rígidas para obtener recursos para sus proyectos, lo que impide subir el volumen de unidades, millones de familias quedan fuera de las hipotecas con tasas de interés que superan el 10% y la obligación de comprobar ingresos tres veces más a la mensualidad prestada.

Entre ambos extremos, el resultado es un déficit que supera los ocho millones de unidades a nivel nacional y que, tan solo en la Ciudad de México, se estima en al menos 600,000. Esto se suma a otros problemas en el sector como la burocracia y el encarecimiento de materiales y terrenos.

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El freno a los desarrolladores

Para iniciar una obra, los bancos piden a los constructores una serie de condiciones que no siempre son alcanzables.

El presidente nacional de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), Karim Oviedo Ramírez, explica que entre los filtros habituales están la experiencia previa en el sector, estados financieros sólidos, historial comercial, preventas comprobadas y un avance de obra verificable.

“Normalmente […] te prestan un 70%, tú tienes que poner el 30%”, señala Oviedo. Los recursos solo pueden usarse en la obra y no cubren sueldos ni pasivos previos.

El esquema resulta un obstáculo para los nuevos desarrolladores y, en particular, para los proyectos de vivienda en renta, donde no existen preventas que garanticen la recuperación inicial de recursos.

De acuerdo con colectivo Revive (Red para el Rescate de la Vivienda), la banca todavía exige esos niveles de preventa de la tercera parte del proyecto como condición para otorgar financiamiento, lo que deja fuera a esquemas distintos al de compraventa.

Desde el sector bancario, Banco Inmobiliario Mexicano (BIM) reconoce la dificultad de operar con más de 2,400 municipios que imponen trámites distintos. “El tema de permisos y licencias toma meses, toma mucho tiempo. Si tu proyecto lo agarra un cambio de trienio o de gobierno, se puede duplicar el tiempo de espera”, señala Ernesto Fragoso Montaño, director corporativo fiduciario del banco.

El directivo comenta que, por ello, el organismo especializado en desarrollos del sector busca dar mayores opciones para ampliar la cartera de empresas que financian.

Para abrir espacio a nuevos jugadores, BIM lanzó CreceBIM, un producto que ofrece crédito "puente" a empresas que nunca lo han tomado, siempre que los socios acrediten experiencia. La propuesta incluye acompañamiento técnico y supervisión de obra.

“Tenemos proyectado para este año un crecimiento relativamente marginal. Nuestras carteras ya son muy grandes. Y estimamos crecer entre un 8 y un 11% versus el año pasado. Es un crecimiento moderado por todo el tema de cambio de gobierno, el primer año siempre es complicado”, indica Fragoso.

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Los hogares fuera del circuito hipotecario

Del lado de los compradores, el acceso al crédito también se limita a una parte reducida de la población.

“Si nos hace falta vivienda para 60 millones de personas, si el 54% está en el sector informal y no puede comprobar ingresos, ese 54% tampoco pertenece al IMSS o al Infonavit”, apunta Oviedo.

El resultado es que incluso si existiera mayor producción de vivienda, buena parte de la población no podría financiar su compra. El problema se agrava con los niveles de ingreso: casi 60 millones de personas no alcanzan a cubrir el precio de una vivienda con el salario que perciben.

Una brecha que crece

En la capital del país, la producción anual de vivienda nueva apenas ronda las 8,000 unidades. Las asociaciones reunidas en Revive advierten que esa diferencia alimenta el alza de rentas y precios.

“La banca tiene una responsabilidad grande. Si la banca no financia vivienda y más vivienda a términos asequibles, […] son corresponsables de la crisis de vivienda”, advierte Francisco Andragnes, CEO de Homie.

La falta de oferta afecta tanto al mercado de compra como al de renta. En los segmentos medios y bajos, donde la demanda es más alta, la disponibilidad es mínima. Departamentos de 12,000 pesos en renta se ocupan en cuestión de días, mientras que los de 40,000 pesos tardan meses en colocarse.

El pendiente

La discusión entre desarrolladores, banqueros y especialistas converge en dos demandas: simplificar los permisos de construcción y flexibilizar las condiciones de crédito. Mientras la banca no ajuste sus productos a esquemas distintos al de compraventa, o no se abran alternativas para los trabajadores informales, el déficit seguirá creciendo.

El reto inmediato es lograr que el financiamiento funcione como motor de construcción y de compra, en lugar de convertirse en el principal candado que impide a millones de mexicanos acceder a una vivienda.

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