Los diseñadores mexicanos en el mundo

Nota del editor: Joel Escalona es director de JOEL ESCALONA STUDIO, estudio de diseño industrial especializado en el desarrollo de producto, diseño interior y dirección creativa en materia de moda, mobiliario, estilo de vida y tecnología. Síguelo en Instagram como @joelescalona. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

(CIUDAD DE MÉXICO) - Estar en un festival como el Salone Internazionale del Mobile implica sentirte sobresaturado al ver sillas, mesas, lámparas y tantas cosas lindas y brillosas por todos lados.

Pero de alguna manera, a pesar de sentir los pies cansados, de ya no tener batería de celular y estar un poco harto de cargar bolsas y bolsas llenas de folletos, siempre existe el deseo y la curiosidad de entrar a una exposición más.

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Eventualmente, el cansancio desaparece porque el festival es extraordinario y es imposible no disfrutarlo —como cuando haces mucho ejercicio y te duelen pero te gusta—, y empiezas a procesar la información de otra manera, viendo patrones y puntos interconectados entre presentación y presentación.

Por ejemplo, noté que un grupo de diseñadoras de Finlandia (Luomo collective) sigue usando el mismo color que la portada del disco de DRAKE —el famoso Millenial Pink— ampliamente reseñado por New York Magazine, The Guardian e incluso por prensa especializada como Dezeen.

Como diseñador, esas cosas asaltan a los sentidos, son patrones que debes entender y analizar para influenciar tu trabajo.

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Aunque es probable que yo no utilice el Millenial Pink en algún proyecto cercano, me permite estar al tanto de cómo piensan y actúan otros creadores, y no precisamente para saber qué es lo que la gente quiere y necesita o le sería útil, sino para saber de la oferta que existe, lo cual resulta interesante.

Algunas de las propuestas del diseño mexicano para el mundo que pude encontrar en Milán, son:

1. La estructura de las empresas y los creadores de éstas. Los diseñadores europeos tienen una profunda especialización como base de todo proyecto; existen personas específicas que hacen el montaje del stand, el diseñador especializado en cerámica o mobiliario de madera y la empresa con un target 100% estudiado y cautivo.

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Los mexicanos, en cambio, tenemos una estructura más "caótica e informal" y los diseñadores se vuelven generalistas, solucionando gran variedad de actividades como el montaje de nuestro propio stand, la estrategia de nuestra comunicación y publicidad e incluso la comercialización de sus propios diseños que, obviamente, ellos mismo fabrican. 

2. La oferta del creador mexicano en contraste con el gremio extranjero es el nivel de desarrollo de sus proyectos.

A falta de una estructura establecida en la industria nacional, la capacidad del diseñador mexicano se centra en su habilidad para desarrollar técnicamente sus propuestas debido al fácil acceso a fábricas y talleres semi-industriales.

En el extranjero, en cambio, el acceso suele ser limitado ya sea por costo o simplemente por políticas de la empresa.

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De manera que mientras un diseñador extranjero mostraba un prototipo realizado por él mismo en su propio taller o en el de su universidad, un diseñador mexicano maquiló su prototipo en un taller metalmecánico con acabado cobrizado y con empaque e instalación resueltos. 

3. La actitud. Me siento partícipe al haber sido parte del gremio mexicano en este punto, y es que los diseñadores mexicanos invariablemente tenemos que estar convencidos de que sí podemos.

Esa actitud, sumada a la preparación, habilidad y al estar acostumbrados al caos de nuestro contexto, es sumamente poderosa e interesante para las empresas que buscan diseñadores multidisciplinarios que puedan resolver gran variedad de problemas en un solo puesto.

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Mi caso no es distinto, si bien es cierto que expuse en Milán con una de las empresas más relevantes en diseño contemporáneo cuyos creadores son de la talla de Salvador Dalí o Ettore Sottsass Jr., también colaboré para montar un stand en un día, tomé fotografías de estudio, reparé piezas con herramientas limitadas, hice relaciones públicas y no tuve miedo de emprender nuevas colaboraciones y hablar de arte, economía e inclusive de política.

Todo esto desde el punto de vista de un diseñador mexicano que si bien se asombra al ver tantas propuestas grandiosas del mundo, a la vez dice "yo también puedo".