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La adaptación de las viviendas en tiempo de pandemia

Este tiempo de la pandemia de COVID-19 ha coincidido con una creciente presencia de la tecnología en la edificación, señala Luis Leirado Campo.
mié 12 mayo 2021 12:00 AM

(OBRAS) - Desde inicio del año 2020 hemos vivido más de 15 meses de la expansión de una epidemia de COVID -19, transformada en pandemia, que se mantiene en plena vigencia en nuestros días. Este intenso periodo ha visto un aprendizaje continuo de medidas prioritariamente enfocadas a combatir la extensión de este mortífero virus.

Si nos centramos en el aprendizaje del combate con un virus particularmente difícil de detectar y de controlar su contagio, vemos que en este no muy dilatado tiempo hemos recorrido un intenso aprendizaje de medidas para paliar y defendernos del contagio en todos los países y segmentos de la población.

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En aquello que tiene que ver con el ámbito de la vida familiar de las personas hemos ido sedimentando diversas medidas para mejorar la defensa ante la transmisión del COVID-19, después de criterios o tácticas más o menos acertadas. De esta forma, el contagio por proximidad social ha sido una de las certezas aceptadas universalmente.

La respuesta a este hecho en el diseño o adaptación de las viviendas ha dado como resultado la exigencia de mayor espacio vital en las viviendas, así como la necesidad de mayor aislamiento individual en el ámbito de una misma unidad familiar.

Ello está unido a otra de las realidades que se han consolidado: la extensión del teletrabajo o home office por el riesgo de contacto en las oficinas tradicionales y en el trasporte hasta los centros de trabajo, especialmente sensibles en los largos recorridos de conurbaciones como el Valle de México.

Otro de los paradigmas aceptados ha sido la búsqueda de espacios libres y ventilados, tanto más en viviendas con muchos miembros trabajando en un mismo especio no diseñado para estos menesteres. Capacidad de independencia de cada miembro al tiempo que una ventilación, al menos natural. Son dos paradigmas de general aspiración de las familias para sus viviendas.

Una faceta que cuenta casi con unanimidad impulsada por el teletrabajo y por la videoenseñanza de los hijos es de carácter más tecnológico. Nos referimos a la exigencia de una conexión de gran potencia del servicio de internet en las viviendas familiares.

Al tiempo, hemos ido dejando de lado algunos otros criterios de transmisión de la enfermedad de dudoso rigor científico en este período de experimentación, e incluso, de prueba y error.

La afirmación de que cada epidemia o pandemia en la historia ha tenido su respuesta de defensa mediante cambios en la arquitectura. Queda representado en el Hospital de 1929 en Piamio (Finlandia), del arquitecto Alvar Aalto, uno de los emblemas de la Arquitectura Moderna del siglo XX.

Sus terrazas abiertas y grandes ventanales al sol, en climas nórdicos, sus blancos colores, su ausencia de ornamento, su limpieza constructiva aúna el diseño constructivo a elementos pasivos en la lucha contra la tuberculosis.

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Las ciudades de Latinoamérica se preparan para la vida después de la pandemia

Este tiempo de la pandemia de COVID-19 ha coincidido con una creciente presencia de la tecnología en la edificación. Desde las dotaciones de redes de internet de alta velocidad, ya seguramente imprescindibles para cualquier edificio de viviendas que se esté diseñando en estas fechas, hasta futuros sistemas sofisticados de medición de presencia de patógenos como este virus.

La respuesta tecnológica de viviendas que automaticen el uso alternativo trabajo-ocio- descanso de las viviendas para un aprovechamiento eficiente de los suelos urbanos, mediante reconfiguración de espacios y tabiques, puede tener su antecedente en el mundo sofisticado de los yates náuticos o de los motorhome. Tal vez pueda ser un camino a la industrialización creciente de la industria de la vivienda, de forma sobrevenida por la intensa lucha contra este virus.

Estos meses transcurridos en los que hemos vivido respuestas como la creación de una docena de vacunas autorizadas que revolucionan las respuestas ante la pandemia y hacen perder peso a diseños pasivos, nos pueden estar marcando el camino de una tecnología más sofisticada de control de niveles víricos, renovaciones de aire automatizadas y conectividad total con hospitales y pruebas que ayuden a luchar de forma precoz contra el COVID-19.

Un aspecto a considerar es la posible obsolescencia económica de cambios profundos en el diseño o reformas radicales de viviendas existentes, cuyo periodo de operatividad puede cambiar en breve por la capacidad de una vacunación masiva que puede cambiar la vida diaria de las personas y familias.

Al margen del sufrimiento tremendo en vidas humanas y el daño económico que ya se ha producido por el aislamiento de las familias, no puede dejar de impresionarnos la capacidad de afrontar coyunturas críticas como la presente por parte de nuestros países y sociedades.

Nota del editor: Luis Leirado Campo es Director General de Tasvalúo. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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