Después del Pritzker 2021, ¿que viene? ¿Cuál será la influencia de este premio en el diseño?
Yo espero que el mensaje, sobre todo recibido por mis alumnos, o por arquitectos jóvenes y no tan jóvenes, sea recibido, por un lado, como algo optimista, pero también que se den cuenta de que la lección de la arquitectura de Lacaton & Vassal no es uno de copiar formalmente edificios. Deben aprender de su camino.
Y ese camino es, como Anne Lacaton siempre dice: cuando empiezo un proyecto o cuando empezamos un proyecto, la primera cosa es observar el lugar, analizar el solar, entender la comunidad, estar en contacto con la gente que vive en ese sitio o que van a vivir en el sitio.
Es apreciar lo que existe en cuanto a los edificios, al clima, al entorno, es valorar lo existente y, luego, buscar el camino de poner en relieve ese valor existente y hacer una contribución generosa a lo que hay. Y eso incluso con edificios nuevos, pero yo creo que esa es una lección buenísima de aprender de esos arquitectos.
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¿Cómo se ha transformado, a lo largo de la historia, la arquitectura que premia fundación Pritzker?
Yo creo que el Premio Pritzker, como todos los premios, responden al momento y al lugar en el que se encuentran. Responden al contexto del momento y a las inquietudes de las personas en el jurado.
Cuando se fundó el premio en el año 1979, fue un momento en el que la sociedad buscaba héroes de la arquitectura o héroes como actores, buscaba héroes artistas. Entonces, en los primeros años se puso mucho énfasis en el nombre del individuo que ganó y luego, yo diría, en los primeros años se destacaban obras icónicas.
Obras que llamaban la atención, que eran fáciles de recordar. Y muchas obras que hoy en día figuran en las páginas de la web del Pritzker o en los libros sobre los ganadores, son edificios representativos: el gran museo, el gran aeropuerto… Pero en las últimas décadas ha habido una ampliación de preocupación por parte del jurado.
A partir de Glenn Murcutt, arquitecto australiano que ganó en 2002 y quien fue uno de los primeros que hablaba de la importancia de la sostenibilidad, de hacer una arquitectura respetuosa con el medioambiente natural y construido, la tendencia cambió.
Yo creo que en los últimos años se ha ido ampliando el discurso, los mensajes del jurado y sólo hay que leer sus textos para ver sus inquietudes de una forma más clara de temas sociales. El premio Pritzker, al servicio de la humanidad, se ha criztalizado un poco más, diría yo, en los últimos años.