Quiero Casa, vivienda con enfoque urbano
La crisis económica de 2009, detonada por una burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, y el rezago de la política de vivienda en México que obstaculizaba su edificación en la Ciudad de México, fueron la oportunidad de los hermanos José y Salomón Shabot para atender la demanda habitacional insatisfecha de la capital del país.
Quiero Casa arrancó con un equipo de cinco personas que echó a andar dos proyectos en Tláhuac, Ciudad de México, y Cuautitlán en el Estado de México. Los proyectos se fondearon con capital propio y recursos aportados por amigos y familiares de los hermanos José (foto de artículo) y Salomón Shabot.
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Escrituraron sus primeras unidades en 2010, y desde entonces mantienen un modelo de negocio basado en la creación de vivienda urbana.
"El modelo es urban lowrise, que son proyectos dentro de la mancha urbana, cerca del transporte público, y en calles secundarias" con menos de seis niveles de altura, detalla el director y fundador de Quiero Casa, José Shabot.
Al igual que otras desarrolladoras de vivienda jóvenes, no buscan crecer en volumen y apuestan por un modelo de negocio que permita obtener tasas de rendimiento atractivas, generando oportunidades de vivir cerca de los centros de trabajo y de transporte público. Actualmente, tienen en construcción 20 desarrollos habitacionales.
Además, la compañía se ha diversificado y ya cuenta con un par de proyectos de oficinas y comercio (DEK en Lomas Altas, y CityZite en Polanco), mientras exploran nuevas alternativas de financiamiento como las Afores.
Vivienda urbana
José y Salomón Shabot descubrieron el encanto de la construcción y la ingeniería civil con su padre, también constructor. Con menos de 30 años, los hermanos que también estudiaron ingeniería civil adquirieron un par de terrenos donde se propusieron construir vivienda de bajo costo que permitiera acercar a las familias a sus centros de trabajo. Así fundaron Quiero Casa.
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La empresa ahora está compuesta por un equipo de jóvenes de menos de 40 años, quienes ayudan a brindar el enfoque que la empresa requiere para construir vivienda urbana, explica José.
Los proyectos de Quiero Casa ya no son de menos de un millón de pesos. El costo de la tierra hizo que la vivienda que construye subiera de precio, lo que junto con la demanda en la Ciudad orientó a la empresa hacia la vivienda media y residencial.
Sus dos primeros proyectos se vendieron entre 500,000 y 700,000 pesos por unidad; ahora, el costo promedio es de 1.3 millones de pesos, precio que le permite a la empresa continuar creciendo en la Ciudad de México.
"La que conocemos y queremos, y donde queremos contribuir en su construcción es la Ciudad de México, y eso nos ha hecho crecer hacia arriba los precios", explica el directivo.
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Uno de los objetivos de la compañía ha sido fortalecer la movilidad urbana, para lo que se autoimpusieron que todos sus desarrollos tendrían que estar a menos de un kilómetro de algún medio de transporte colectivo, ya sea metro, tren o autobús. Ello no implica que se dejen de construir al menos un cajón de estacionamiento por departamento.
"El núcleo familiar de un país en que crece la clase media, necesita un coche por familia. El transporte público no llega a todos lados, y todos queremos salir los fines de semana a una ciudad cercana o un balneario", explica José.
La empresa tiene 20 proyectos de vivienda media y residencial en desarrollo. El modelo de negocio permite a la compañía construir y vender rápido, y obtener recursos para iniciar en los siguientes 12 meses un nuevo desarrollo.
Compradores potenciales
Para el directivo, este tipo de modelo ha incidido en la aceleración de la construcción de vivienda en la Ciudad de México, hasta el momento, su único mercado. En la Ciudad hoy se construyen 15,000 viviendas, mercado en que Quiero Casa ya tiene una participación de 12%.
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La formación de hogares podría apuntalar la demanda de vivienda hasta las 40,000 unidades, el principal atributo para no explorar otros mercados y mantener a la empresa focalizada.
"No descartamos crecer en otros mercados, nuestro Consejo de Administración lo ha analizado constantemente, y por ahora donde vamos a crecer es en la zona conurbada de la Ciudad de México, en cinco municipios del Estado de México", detalla el fundador de Quiero Casa.
Proyectos de departamentos Jade, en la Ciudad de México. FOTO: Cortesía
A esto se suma el buen momento por el que atraviesa el sistema financiero y el otorgamiento de créditos hipotecarios no sólo por Infonavit y Fovissste, sino también por la banca comercial y Sofomes.
Quiero Casa advierte que hacia 2020 pudiera estar construyendo alrededor de 3,500 viviendas. Concluyó 2015 con cerca de 1,600 viviendas escrituradas.
Nuevos caminos hacia el crecimiento
Si bien en un principio el crecimiento de Quiero Casa fue con recursos propios, hace un par de años iniciaron un proceso de institucionalización que los llevó a formar alianzas con fondos de capital.
Hace año y medio la empresa levantó un fondo por 1,650 millones de pesos (mdp), que correspondió en 70% a inversionistas privados. El proceso de institucionalización los llevó a cerrar un joint venture con el fondo mexicano Walton Street Capital y el estadounidense TCLatam.
El crecimiento que esperan tener requiere más capital para fondear tanto la construcción como la adquisición de tierra; por ello la empresa ha considerado estructurar un CKD y listarlo en la BMV, de modo que pueda acceder a recursos de las Afores.
"Nacimos como una empresa verticalmente integrada, pero financieramente segregada. Quiero Casa es desarrollador y comercializador, pero los dueños son los fondos. Estamos acostumbrados a trabajar con fondos y ganar comisiones por los desarrollos", explica el directivo.
De lograr listar el CKD, Quiero Casa tendrá recursos para llegar hasta 5,000 viviendas en 2020.
José Shabot explica que Quiero Casa no nació con un modelo de negocio predeterminado, por el contrario, lo han ido perfeccionando a lo largo del tiempo. El directivo dice que sigue aprendiendo sobre la marcha. "Se ha ido desarrollando sobre la práctica, mientras más lo hablo, más cosas se me aclaran y pienso en qué cosas perfeccionar", asegura mientras muestra las notas que tomó durante la entrevista.
Consulta aquí el ranking completo en la revista Obras, edición 523.