Es el caso de Corona, la empresa colombiana que en México produce lavabos y otras piezas para baño. A través de su filial Porcelana Corona, cerró, a finales de 2020, la compra de la planta de sanitarios de la alemana Villeroy & Boch AG, en Ramos Arizpe, en Coahuila, por 8.2 millones de euros, unos 10 millones de dólares. La venta es parte de la estrategia de la compañía por focalizar su negocio en Europa y Asia, según indica en su informe anual .
Villeroy elaboraba productos de exportación para el mercado europeo y tenía una participación muy discreta en el mercado local, según Alejandro Nosti, gerente de la división de Baños y Cocinas en México y Centroamérica, de Corona.
La decisión de Villeroy permitió a la firma colombiana hacerse de activos con los que espera aumentar 25% la capacidad de producción de su división de baños y cocinas en México, en los próximos dos años; y crecer la producción un 10% anual hasta 2024. “En total podremos crecer hasta un 50% nuestra capacidad en México, con inversiones marginales”, proyecta.
La empresa tiene otras dos plantas en Monterrey con una capacidad conjunta de 2.4 millones de piezas de baño. Sus productos son para familias de ingresos alto y medio de México y Estados Unidos, a donde exporta el 50% de su producción. El abasto a Centroamérica y otros mercados proviene de tres plantas más que tiene en esa región, tres en Colombia y dos más en territorio estadounidense.
En los primeros meses de la contingencia sanitaria la firma operó a baja capacidad y solo para atender al mercado ferretero, considerado una de las actividades esenciales entre abril y mayo del año pasado. Tras la mayor actividad económica del segundo semestre, registró un aumento de 15% en la demanda de sus productos en todos los mercados en los que participa, impulsado por las remodelaciones y pequeños arreglos que los consumidores realizaron para estar más cómodos en casa.
“El gasto que le dedicaban a otros segmentos lo desviaron a mejoras del hogar porque empezaron a ‘vivir la casa’; muchos solo dormían en su casa. Fuimos uno de los segmentos privilegiados que empezó a captar ese gasto”, señala Nosti.