Un mes después, el 10 de septiembre de 2024, concretó la venta de sus operaciones en Guatemala al grupo suizo Holcim por 200 millones de dólares, transacción que incluyó un molino con capacidad instalada de 600,000 toneladas anuales, tres plantas de concreto y cinco centros de distribución.
Ambas operaciones siguieron la línea de la desinversión de Costa Rica y El Salvador, finalizada en diciembre de 2022, cuando Cemex vendió sus filiales en esos países a Cementos Progreso Holdings por 329 millones de dólares, dentro del plan estratégico Operación Resiliencia, que buscaba optimizar su base global de activos.
El común denominador de todas estas transacciones es la reasignación del capital hacia el norte del continente.
La empresa lo ha expresado en repetidas ocasiones como una estrategia de “rebalanceo del portafolio”, destinada a reducir exposición en mercados emergentes y aumentar inversiones en regiones más estables, principalmente Estados Unidos.
El interés no es casual. Estados Unidos concentra buena parte de los proyectos de infraestructura derivados de la expansión de centros de datos y del auge industrial asociado a la inteligencia artificial.
Este contexto, junto con el programa Cutting Edge, que prevé ahorros de EBITDA de hasta 400 millones de dólares anuales hacia 2027, convierte al mercado estadounidense en el eje financiero y operativo del nuevo Cemex.
Cambio de liderazgo y narrativa
El 1 de abril de 2025, Jaime Muguiro asumió la dirección general de Cemex tras la jubilación de Fernando A. González. En su presentación ante los inversionistas, Muguiro subrayó que la empresa entraba en una nueva fase: de la estabilización financiera al crecimiento, con prioridad en el mercado estadounidense y un enfoque en la eficiencia operativa.
De acuerdo con un análisis de GBM, la compañía atraviesa una etapa de “eficiencia disciplinada”, posterior a más de una década marcada por la reducción de deuda y la reorganización global.
Desde 2021, Cemex ha desinvertido más de 2,000 millones de dólares en activos de mercados emergentes, priorizando la rentabilidad, la generación de flujo libre y el retorno al accionista.
De la expansión global al control del riesgo
Fundada en 1906, Cemex fue durante décadas sinónimo de expansión internacional. Las adquisiciones de RMC en 2005 y Rinker en 2007 la posicionaron como una de las cementeras más grandes del mundo, pero también elevaron su deuda justo antes de la crisis de 2008.
La recuperación de su grado de inversión en 2024 marcó el punto de inflexión hacia una nueva etapa: menos presencia dispersa, más control financiero y una cartera enfocada en eficiencia y sostenibilidad, dijo GBM.
El resultado de esa transición se ve ahora con claridad: la compañía que durante años operó en más de 50 países concentra cada vez más su crecimiento en un solo territorio. Estados Unidos se ha convertido en su principal mercado, mientras Centroamérica y el Caribe se repliegan de su mapa.