“En este rediseño lo que se hace es cambiar el flujo de las entradas y salidas a México con ascensos y descensos continuos. Rutas definidas ahora para que las aeronaves recorran una menor distancia y eso se convierta en un ahorro en combustible, también se emitan menos gases contaminantes, es un beneficio para todos”, dijo Arely Gallardo Arteaha, jefa del Centro.
La modificación se comenzó a trabajar de lleno en diciembre del 2018 con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y los Servicios de Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), que desarrollaron un plan apegado a las normativas y tendencias internacionales, de ocupar mejor tecnología para hacer más seguros los vuelos, sobre todo ante el incremento de estos.
En la preparación para su implementación participó la empresa NavBlue y especialistas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), el Colegio de Pilotos Aviadores y el de Ingenieros en Aeronáutica.
Cabe recalcar que el sistema PBN ya opera en México en los aeropuertos de Cancún, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Acapulco y Zihuatanejo desde el 2005, pero ahora se incorporó al centro del país, ya que con la inauguración del Aeropuerto Felipe Ángeles incrementará el tráfico aéreo.
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Anteriormente, las operaciones se realizaban con radioayudas convencionales, que tienen como limitante el poco alcance que hay en montañas y la definición del procedimiento en dos dimensiones, por lo que con un tercer componente operando se necesita cambiar de herramienta para garantizar la comunicación y seguridad.
El PBN utiliza infraestructura en tierra y satélites que eliminan este inconveniente. Con el rediseño, además, se establecerán puntos de entrada para el arribo de aviones y después entrarán en rutas o canales exclusivos que los llevarán a las terminales de destino.