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Cómo se construye y repara México: la ingeniería detrás de su infraestructura

La red federal mexicana suma más de 53,000 kilómetros que se diseñan, supervisan y reparan con modelaciones, monitoreo satelital y maquinaria propia en campo.
lun 24 noviembre 2025 07:19 PM
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El país enfoca su estrategia en una de mantenimiento constante para aminorar las labores requeridas en fenómenos naturales o reparaciones. (Fuente: SICT)

La red de infraestructura de México se sostiene sobre decisiones técnicas que determinan cómo se proyecta un puente, cómo se refuerza una carretera o cómo se vuelve a abrir un camino después de un huracán. Son estas elecciones las que determinan si las comunidades están bien conectadas o si la carga de los camiones llegará a su destino a tiempo.

Para ello, las administraciones que pasan por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) toman decisiones sobre cómo se realizan las obras, con base en sus prioridades.

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En la gestión a cargo de Jesús Esteva Medina, los procesos que definen a la construcción de las estructuras del país son cálculos de capacidad, diseño hidráulico, monitoreo satelital, maquinaria especializada y materiales desarrollados para responder a las condiciones del territorio.

“Los ingenieros nos toca materializar las convicciones, somos quienes materializamos las políticas de los gobiernos”, dijo el funcionario en el Congreso Nacional de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM).

Cómo se diseña una carretera

En el caso de los caminos, uno de los puntos claves de la infraestructura, el gobierno trabaja con una red federal que suma alrededor de 53,000 kilómetros entre carreteras libres y de cuota.

De ellos, cerca de 19,000 corresponden a ejes troncales que conectan ciudades principales y concentran los mayores volúmenes de tránsito.

Esa estructura determina dónde se enfoca la construcción y la conservación, así como los criterios de diseño que se revisan con el Instituto Mexicano del Transporte para modelar escenarios a 2030, 2040 y 2050.

La proyección incluye corredores nuevos y el análisis de comunidades aisladas, que en los mapas aparecen como puntos sin accesibilidad suficiente. “La naturaleza nos está mostrando que necesitamos llegar a todos esos sitios con seguridad”, dijo el secretario.

La planeación de carreteras parte de estudios de demanda y niveles de servicio. Las troncales muestran tramos con tránsito libre, estable, inestable o casi forzado, lo que define si requieren ampliación o refuerzo.

La dependencia utiliza modelaciones que comparan la situación actual contra las proyecciones a 2030, para decidir inversiones y secuencias constructivas. Con ese método avanza en proyectos como Macuspana–Escárcega, Salina Cruz–Zihuatanejo o Huautla–Tlapa, además de obras de continuidad y ampliaciones en distintos estados.

El seguimiento de obra integra imágenes satelitales semanales. Los equipos reciben registros que permiten observar cómo avanza un trazo nuevo o cómo se transforma un terreno.

La SICT aplica además sistemas que detectan deformaciones del suelo con precisión de milímetros. Esos datos se usan tanto en carreteras en construcción como en zonas donde se requiere confirmar hundimientos o desplazamientos.

Puentes en un clima distinto

El diseño estructural enfrenta una condición central: las lluvias extraordinarias. Durante las tormentas recientes, la dependencia registró precipitaciones de hasta 750 milímetros, lo que provocó socavones, desplazamientos de estructuras y deformaciones en taludes.

En un caso, las corrientes movieron trabes completas durante un huracán. Por ello, los parámetros de diseño para puentes se modifican. “De 100 años estamos pasando a mil años”, explicó el funcionario al describir el nuevo periodo de retorno que se considera en los cálculos.

La reconstrucción en Guerrero ilustra ese cambio. Ahí se intervienen 68 puentes y miles de puntos con taludes inestables, drenajes dañados o secciones que requieren ampliación.

Las lluvias torrenciales obligan a elevar las alturas de los puentes, reforzar cimentaciones y modificar las secciones hidráulicas.

El caso del puente Mendizábal mostró la necesidad de restablecer accesos esenciales, ya que ese cruce funciona como vía hacia el relleno sanitario de Acapulco. “En 10 días logramos dar paso”, dijo el secretario sobre la apertura provisional.

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La dependencia cuenta con su equipo propio de construcción para poder actuar con mayor velocidad, aunque especialistas han cuestionado su conveniencia en inversión de recursos. (Fuente: SICT)

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La maquinaria que sostiene la red

La conservación depende cada vez más de maquinaria propia. La SICT adquirió 30 trenes de repavimentación, uno por cada entidad, excepto la Ciudad de México. Estos equipos colocan microcarpetas con extendedoras de riego sincronizado y estabilizan bases mediante recuperadoras.

La operación permite intervenir con rapidez sin procesos administrativos prolongados y se acompaña de capacitación para los operadores.

La dependencia también retoma equipos que antes estaban en desuso y los reorganiza para atender el mantenimiento rutinario y periódico. Con esta estrategia cubre tramos federales y caminos alimentadores que suelen quedar incomunicados durante lluvias intensas.

El objetivo es responder a las zonas donde los cortes de camino afectan a comunidades enteras y requieren intervención inmediata.

Los recorridos semanales en vehículos de supervisión alimentan un sistema digital de incidencias que identifica baches, obstrucciones o apagones en luminarias. El gobierno plantea replicar en carreteras el modelo desarrollado en la Ciudad de México, donde los equipos registraban fallas antes de que los usuarios las reportaran. “Nos adelantábamos al ciudadano”, dijo Jesús Esteva en el evento.

Materiales que modifican el terreno

La innovación en materiales busca extender la vida útil de los caminos y reducir los costos de mantenimiento. La SICT prueba revestimientos con óxido de calcio, que en algunos tramos de Guanajuato muestran estabilidad por más de cinco años.

También reutiliza el fresado de obras anteriores, mezclado con distintos productos según las condiciones del suelo. El análisis del Instituto Mexicano del Transporte acompaña estos procesos para establecer proporciones y registrar su desempeño.

Otra línea de trabajo usa polvo de llanta molida y otras tecnologías asociadas al reciclaje. La dependencia participa en el Centro de Economía Circular de Tula, donde empresas especializadas procesan residuos que luego se incorporan a capas de rodadura.

Además aplica pavimentos poliméricos permeables en parques y espacios públicos, geomallas plásticas para estabilizar taludes o distribuir cargas en suelos débiles, y concretos con arenas y grafito reciclado.

En desarrollo están las fibras provenientes de la caña de azúcar y del sargazo, que podrían integrarse a mezclas asfálticas tipo carpeta de rodadura.
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La SICT utiliza imágenes satelitales semanales para seguir el avance de obras como carreteras y puentes, con registros capaces de detectar deformaciones milimétricas. (Fuente: SICT)

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Caminos rurales: obra comunitaria

En zonas apartadas, la construcción adopta sistemas distintos. El programa de caminos artesanales opera con trabajo comunitario donde los habitantes eligen beneficiarios, organizan cuadrillas y ejecutan los tramos. El método se aplica sobre todo en Oaxaca y forma parte de los planes de justicia.

La SICT prevé construir más de 3,000 kilómetros con este sistema, que responde a las solicitudes directas de las comunidades. El secretario afirmó: “Prácticamente en todos lados, por encima de cualquier otro tema, son los caminos”, en referencia a la demanda principal detectada por la dependencia y por el INEGI.

Emergencias: abrir paso en horas

Los huracanes recientes muestran cómo se repara infraestructura bajo condiciones extremas. Los equipos registraron afectaciones en más de 300 comunidades tras lluvias que superaron la capacidad de drenajes y taludes.

Para atenderlas se desplegaron 47 helicópteros que permitieron abrir puentes aéreos y transportar alimentos o personas heridas. La SICT reportó que en tres días liberó la red federal y que la coordinación con estados continuó hasta restablecer los caminos alimentadores.

Los sistemas digitales (que ya estaban en prueba para conservación) se adaptaron para la emergencia. Las plataformas mostraban en mapas los puntos de interrupción, el tipo de daño, el número de máquinas en cada sitio y el tiempo estimado para liberar la vía. El secretario explicó que esta información resultó clave para comunicar avances a autoridades estatales y a las fuerzas armadas.

Infraestructura que abarca otros frentes

El enfoque técnico se extiende a proyectos ferroviarios, aeroportuarios y de espacio público. En trenes se construyen los tramos México–Pachuca, México–Querétaro, Querétaro–Irapuato y Saltillo–Nuevo Laredo. En aeropuertos se aplican esquemas de inversión mixta para Tepic y Puerto Escondido, donde ya operan vuelos internacionales con nuevas longitudes de pista y equipos para navegación.

El programa de Senderos Seguros replica intervenciones urbanas con luminarias, bacheo y jardinería para reforzar la presencia institucional en zonas específicas.

La construcción de escuelas también forma parte del portafolio de la SICT. En algunos casos se utilizan técnicas alternativas como estructuras circulares con sacos de arena, reforzadas con cadenas de cerramiento.

Estos planteles se levantan en cerca de dos meses y operan en regiones sin electricidad ni drenaje. La dependencia trabaja además en soluciones para techos que resistan velocidades de viento mayores, debido a los daños recurrentes que dejan los huracanes.

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