En esta época en la que muchas personas redujeron sus ingresos o prefieren ser cautelosas antes de adquirir compromisos financieros a largo plazo, como una hipoteca, habitar un inmueble en renta que en algunos años podrá transformarse en su propiedad tiene varias ventajas, desde probar previamente el espacio, las áreas comunes y el equipamiento urbano, hasta asegurar el precio actual.
El compromiso de pagar una hipoteca puede llegar hasta 30 años. Además, hay que tomar en cuenta que el enganche va de 10 a 30% del valor total del inmueble. Ante la falta de liquidez por parte de compradores, algunos desarrolladores abren la posibilidad de crear convenios de renta con opción a compra.